La tarde del 13 de noviembre de 2012, María Elena Rodríguez Jijón salió de su hogar para ir a trabajar en el bar “La Vaca Vieja”, dejando a sus siete hijos al cuidado de su madre, Velia Jijón Vázquez. Desde entonces, no ha vuelto a saber de ella, mientras que las autoridades ministeriales mostraron negligencia en la búsqueda.
“Mi hija era la encargada de ese bar, siempre regresaba de trabajar más o menos a las cuatro y media de la mañana, pero ese día no llegó. La esperé todo el día y por la tarde fui al bar a preguntar por ella, pero se negaron a darme información y me resigné a esperar, confiando en que pronto tendría noticias, pero pasaban los días y María Elena no aparecía y su teléfono celular estaba apagado”, relató la afligida mujer.
Fue así que la angustiada madre acudió al Ministerio Público (MP) el 25 de noviembre de 2012, a denunciar la desaparición de su hija, sin que hasta la fecha hayan mostrado preocupación por el caso.
“Me asignaron al comandante Ortegón, pero siempre me enredaba y hablaba muy mal de mi hija, nunca le vi intenciones de investigar y unos días después se puso de grosero conmigo, me dijo que mi hija estaba viva, que yo la tenía escondida, que supuestamente ella había robado en su trabajo, que a los 15 días de que había desaparecido, regresó a “La Vaca Vieja” para robar y se volvió a ir, eso dijo el comandante. Nos trató muy mal, nos insultó y opté por dejar todo por la paz”, aseveró.
En febrero de 2013, a casi tres meses de la desaparición de su hija, Velia tuvo necesidad de inscribir a sus nietos en la escuela, por lo que acudió a los Juzgados Familiares a solicitar la tutela de los pequeños, pero fue ignorada y a la fecha no lo ha conseguido.
“En Casa de Justicia me citaban a las ocho de la mañana, me daban las cuatro de la tarde ahí y nunca me atendían. Así pasé año y medio, hasta que me cansé y dejé todo por la paz. No he encontrado justicia por ningún lado, han pasado más de cinco años y desconozco la suerte que corrió mi hija. Ortegón me decía que se había ido con un hombre, pero ella no iba a abandonar a sus hijos y menos por tanto tiempo”, dijo sollozando.
Aseveró que María Elena no tenía más vida que su trabajo y sus hijos, “ella veía cómo, pero hacía rendir su salario para darles a todos y tenía un especial cariño por la chiquita, la que tiene retraso, especialmente a esa niñita no la iba a dejar nunca, a mi hija le pasó algo”, concluyó.