El concepto de familia ha cambiado y se ha diversificado con el paso de los años. Entre los múltiples nuevos modelos se encuentran las familias reconstituidas, es decir, aquellas en las que uno o ambos adultos tienen hijos de
relaciones anteriores. Si te encuentras en esta situación, probablemente una de las cuestiones que más se te presenten sea la siguiente: “¿cómo he de tratar a los hijos de mi pareja?”.
Es, sin dudas, una situación exigente y desafiante. Sin embargo, también puede constituir una vivencia grata y enriquecedora. Para rescatar y potenciar los aspectos más positivos y evitar, en la medida de lo posible, los problemas más comunes, te ofrecemos algunas pautas básicas.
Si tú también eres padre o madre serás más consciente de lo que implica la vida en familia. Sin embargo, si tu pareja tiene hijos y tú no, tal vez te cueste hacerte a la idea de cómo va a afectar esto a la relación. Los niños necesitan cuidados, atención y presencia.
- Pese a que tú no seas el padre o la madre de las criaturas, existirán muchos momentos de convivencia.
- No puedes recriminarle ni pedirle a tu pareja que se desentienda de sus hijos en favor de la relación.
VE PASO A PASO
Adaptarse a esta nueva estructura familiar puede resultar complicado para todos. Por eso es necesario que se den tiempo. Procura que los acercamientos a los hijos de tu pareja se produzcan de manera progresiva.
SÉ COMPRENSIVO
Con frecuencia, la primera reacción de los niños ante la nueva pareja de uno de sus progenitores es el rechazo. No te lo tomes como algo personal. Trata de comprender que se trata de una circunstancia complicada para ellos.
CONSTRUYE UNA RELACIÓN
Los niños son personas y, al¿ igual que ocurre con los adultos, la afinidad puede ser mayor o menor. Sin embargo, resulta positivo tratar de buscar puntos comunes que les permitan construir un vínculo propio.
OCUPA TU LUGAR
Es importante que tengas presente que no eres el padre o la madre de esos niños, por lo que la autoridad final y las decisiones corresponden a sus progenitores. Pero, como uno de los adultos a su cargo y como pareja de su padre o madre, es necesario el respeto.