Los antidepresivos son medicamentos que aunque fueron diseñados para tratar la depresión, hoy en día se recetan para otro tipo de trastornos e incluso para las migrañas o dolores de cabeza.
Estos medicamentos funcionan combinando actividad sobre los neurotransmisores serotonina, noradrenalina o dopamina.
Esto quiere decir que alteran el funcionamiento cerebral.
Los antidepresivos tienen efectos secundarios como problemas sexuales, nerviosismo, cansancio, alteración del ritmo cardíaco y de la presión arterial, pérdida de apetito y de peso, náuseas, insomnio y alteraciones del sueño.
Hay pacientes que describen una gran dificultad en dejar de consumir los antidepresivos y necesitan tratamiento para adicciones. Sin embargo, otros pacientes no desarrolla ningún tipo de dependencia.
El problema es que se abusa de ellos con depresión leve y en esta situación se debe recurrir a otras estrategias. Y con depresión grave muchas veces nos se recurre a terapia. La depresión es una enfermedad muy compleja que exige un tratamiento no exclusivamente farmacológico.