Lo siguiente en sacar fueron las obras de arte, y usted amable ilustrado lector probablemente estará haciendo una mueca al tratar de visualizar Alito como un conocedor de arte, pero no quién entiende de arte es su asesor fiscal y financiero que le recomendó invertir en obras de arte como una forma segura de resguardar en la sala de su casa esos millones de pesos que no se pueden depositar en el banco.
Entre ellas destaca esculturas de Chaparro y Marín, obras del famoso artista oaxaqueño Fernando Andriacci, y hasta un retrato que mandó hacer con Eva Vale la autora del desaparecido mural de malecón, donde posó con la Banda presidencial, todas estas obras fueron retiradas en una mudanza especializada antes de que terminara junio.
En su desesperación Alito mandó a quitar todo lo que pudiera ser una pesada losa política cuyas imágenes le persiguierán el resto de su carrera política como Romero Deschamps y su Ferrari de oro; había que de materiales costosísima boliche en el complejo deportivo que tenía en la mansión de lomas para tratar de dejar
la propiedad lo más austera posible y lejana a su apariencia su época de esplendor para ello Alito mandó a levantar nuevamente las bardas que dividían la propiedad en los lotes y casas que fue comprado alrededor de la suya.
Así terminaron los sueños de grandeza de un joven que quiso tener a como diera lugar los carros más exclusivos y la casa más grande y lujosa de Campeche pero que se quedó a la mitad de camino alguien debería avisarle al exitoso
abogado de Lamborghini hay que mandó amedrentar con escoltas fuertemente armados que ya puede circular con tranquilidad ya no ofenda nadie con su automóvil superdeportivo.
Ahora Alito tiene que aparentar que nunca tuvo nada, y lo que tiene, lo tiene que esconder algo así como su colección de relojes que no puede portar y que sólo sirve para presumir a un puñado de visitas en su casa porque cuando sale de ella tiene que ver la hora en su teléfono celular.
