Campechanos insisten en no respetar las medidas sanitarias, pues durante el 15 de septiembre y 16 de septiembre acudieron al mercado principal, así como principales calles del Centro Histórico de la ciudad en donde se pudo observar que muchas personas han bajado la guardia y todo comenzó desde que el semáforo epidemiológico cambio a color amarillo.
La gente luce más relajada, sale más de sus casas y hasta cierto punto hay quienes ya ni usan cubrebocas ni respetan su sana distancia, a pesar de que empleados y locatarios tratan de cumplir con las normas y seguir con las indicaciones de salud, los clientes hacen caso omiso poniendo en riesgo a los demás.
A diferencia de años pasados, las calles lucen descoloridas, el parque principal no fue revestido con los tradicionales colores patrios, banderas ni banderillas; sin embargo, la gente continúa rompiendo el confinamiento para poder reunirse con amigos, familiares y aprovechando el levantamiento de la Ley Seca en el estado y aunque en la principal central de abasto incrementó de forma considerable el arribo de compradores; la mayoría de ellos acudieron para hacerse de los insumos para preparar las tradicionales cenas patrias, esto ayudó a la economía tanto
de vendedores como de consumidores ya que los precios son accesibles pero ha provocado temor entre algunos ciudadanos porque esto puede desatar un rebrote en la capital.