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23 abril, 2024

Campeche

Investigan la fortuna del clan Mouriño.

Cero y van dos: la muerte “explicable” pero al mismo tiempo “inconfesable” de Juan Camilo Mouriño Terrazo quien fuera Secretario de Gobernación durante su mandato y el fallo del INE para negarle el registro como Partido México Libre. Pero falta el peor, el más grande, el que resulte del juicio en Nueva York a Genaro García Luna, su secretario de Seguridad. Así que a Felipe Calderón le “llueve sobre mojado” y, lo peor, el arrastrar en desgracia a el Clan de los Mouriño – socios y amigos – con todo y que la UIF investiga el origen de sus millonarias ganancias en paraísos fiscales.

La poderosa familia se frotaba las manos pues según sus cálculos, México Libre significaba no solo una gran muralla de impunidad contra el pueblo ex presidente, sino que la “inversión’ para hacerse del registro era altamente rentable.

Y es que el retorno a la política a través del Clan con sus socios, familiares, amigos, compadres y otros incondicionales del extinto funcionario Mouriño Terrazo, ya lo veían como “un hecho’. Hoy, sin el cobijo de Felipe Calderón y Margarita Zavala, pero que es peor, “arrastrados por la misma desgracia”, estaría re pensando la posibilidad de huir al extranjero o aguantar el vendaval.

Don Carlos – el patriarca de la poderosa familia campechana-, aprendió sin embargo a no poner “todos los huevos en una sola canasta” y en apariencia regresaría a los jugosos necios, solo que sin los “apoyos” calculados en el proceso electoral 2021.

Hoy, solo le queda – más para mal que para bien -, la “amistad” y/o sociedad con el exgobernador Alejandro Moreno Cardenas, a la sazón dirigente de un partido de caos caída (el PRI) que está a punto de perder la entidad a manos de Morena. Carlos Mouriño Atares -Patriarca del Clan Mouriño- tiene buen olfato para los negocios y la
política, eso lo saben no solo sus paisanos, sino la clase empresarial y política, pero sin “agarraderas” se ve casi imposible. Falta lo que diga García Luna y lo que aporte la FGR.

De acuerdo a su expediente, en tres décadas levantó un grupo de 38 gasolineras, transporte de combustibles y franquicias de alimentos y servicios en el sureste del país, a la par que nutría su pasión por la política.

Primero trabó amistad con políticos del PRI de la vieja guardía (hoy aún viven algunos exgobernadores) que fueron aliados en su tiempo con su respectivo “moche”, me cuentan. Desde los años 90, simpatizó con las elites del PAN, y su hijo Juan Camilo llegó a ser el de más confianza del presidente Felipe Calderón. Tanto, que los analistas lo
veían como el contrincante natural con Peña Nieto y se hablaba con morbo de la “elección de los guapos”, aunque a decir verdad el panista era muchísimo más talentoso y hábil.

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