Las rachas de viento de hasta 60 kph y el fuerte oleaje provocado por el frente frio número 24, provocaron que el buque “Caballo Eclipse”, propiedad de la empresa Oceanografía, quedara semi sumergido a una milla de la costa carmelita, al sufrir una fisura en su casco.; mientras que en aguas cercanas pescadores lograron rescatar una “madrina” que toda la noche estuviera a la deriva, ignorada por elementos del sector Naval que y que ésta madrugada los ribereños no cedieron en su intento preocupados hubiesen personas en su interior.
Desde el domingo, al incrementar el nivel de las aguas y recrudecer los fuertes vientos, y varada desde septiembre.
El titular de la Capitanía de Puerto, Ildefonso Carrillo Mora informó que, el barco que se encuentra varado desde septiembre del año 2017, se ladeo debido a una fractura provocado por un golpe de mar sobre su costado izquierdo.
Al tener una fractura de un metro de largo y 30 centímetros de ancho, fue motivo para que el agua de mar empezara a ingresar, generando su volcadura, quedando a 45 grados de inclinación permanente.
La embarcación que mide 164 metros de largo se encuentra en naufragio, pero no se hundirá más, pues ya toco fondo del lecho marino; así mismo el capital de puerto, mencionó que los nueve tripulantes contratados por la empresa petrolera abandonaran la barcaza desde el pasado 15 de diciembre.
PESCADORES RESCATAN “MANDARINA” EN INTENTO POR AUXILIAR PERSONAS EN SU INTERIOR.
De igual forma, el mal tiempo propició que un equipo utilizado en plataformas marinas y altamar para el rescate en casos de naufragio, mejor conocido como “mandarina” estaba a la deriva en el mar a la altura de la colonia Ortiz Ávila, en la zona Oriente de la Isla carmelita, que causó la preocupación de los habitantes del lugar, pues podrían haber personas a bordo, lo que afortunadamente no resultó así –indicaron-.
Por la noche del domingo, elementos de la Marina Armada de México recorrieron el área donde flotaba la “mandarina”, pero siguieron de largo y fue en la madrugada del lunes que los pescadores, conocedores de que todo puede ocurrir cuando hay “mal tiempo” decidieron perseverar hasta sacar la unidad.
El aparato es utilizado por barcos y plataformas petroleras en casos de naufragios. La mandarina rescatada por siete ribereños se encontraba destrozada pues su endeble material no resistió el oleaje continuo y estaba cuarteado, , pero afortunadamente no se encontraban personas a bordo.
Cabe señalar que los habitantes de la colonia Ortiz Avila, localizada en zona de costa, observaron desde caída la noche y hacia el mar, algo reflejante, que, en pleno mal tiempo, podría tratarse de una lancha con pescadores a bordo, por lo que hicieron el esfuerzo coordinado para intentar recuperar, lo que hoy quedó corroborado, era una “madrina” de rescate.
Al sitio llegó personal de guardacostas de la Capitanía de Puerto, quienes verificaron los hechos y, se retiraron por lo difícil que era rescatar la mandarina y, arrastrarla hasta la orilla de la playa.
Los pescadores no conformes con la inspección que hicieron los guardacostas, se retiraron, en la madrugada se tiraron a la mar, con una lía de 400 metros de longitud, y, con la pericia que ellos tienen para nadar y, mantenerse a flote, lograron lazar la mandarina y, arrastrarla.
Después de algunas horas de rescate de la mandarina, los pescadores lograron arrastrarla a orilla de playa, e inspeccionarla.
Los implementos de la mandarina que habían en su interior quedaron a la orilla de la playa, tales como son remos, chaleco salva vida, bidones, para depósito de combustible, sogas, y pomos de depósito de agua purificada, entre otras cosas, que quedaron regladas en la arena de la orilla de la playa.
Los pescadores informaron que se cree que la mandarina es propiedad de alguna embarcación fondeada y, abandonada frente a la colonia José Ortiz Ávila.
Trascendió que las autoridades acudieron a la playa de Ortiz Ávila a tomar fe de los hechos y, se retiraron.
Solidarios los hombres de mar y habitantes de la Ortiz Ávila perseveraron al rescate de la “madrina”, temiendo hubiese personas en su interior.
Darwin Bolón Montejo.
