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30 abril, 2024

Monreal

México

El Niño de Atocha, santo de devoción de Monreal Ávila

Recibió la administración estatal sumamente endeudada. En seis años las aportaciones de Zacatecas al PIB fueron del doble.

El día que los noticieros de la radio y la televisión anunciaron que punteaba en Zacatecas, Monreal Ávila y López Obrador habían rentado dos habitaciones en el Hotel Emporio.

Una para su esposa “Marichuy”, sus hijas Edna Catalina y María de Jesús y su hijo Ricardo; la otra para él y el tabasqueño. Como dicho hostal está frente al Palacio de Gobierno, tras de escuchar la noticia y ser felicitado por Andrés Manuel, al ver la sede del Ejecutivo estatal no pudo evitar pensar que aquel vetusto inmueble sería su segunda casa por seis años, y que desde ahí impulsaría los proyectos políticos que durante años había planeado.

GOBERNÓ CON FE

Con estas armas y la fe puesta en El Niño de Atocha, el santo de su devoción, Ricardo Monreal se dispuso a gobernar. Pero no le fue sencillo, comenzando porque recibió la administración estatal sumamente endeudada. La crisis económica nacional de 1994, la había golpeado duramente; y durante 1995 las participaciones fiscales para Zacatecas se habían reducido 17.7 por ciento; reducción que su antecesor “solucionó” con más endeudamiento público. Así que cuando él recibió la administración estatal, no pocas veces su trabajo se vio frenado por las restricciones y los obstáculos que desde la Federación se ejercían.

Aquello lo llevó a plantearse la forma más sana de manejar las finanzas públicas, y a encontrar mecanismos para que la Federación cumpliera con las obligaciones que se negaba a refrendar. Se negó, por ejemplo, a brindarle apoyo para realizar obras de gran trascendencia para el estado, como las autopistas Zacatecas-Aguascalientes y la Zacatecas-San Luis Potosí. Ante la negativa de la Federación por incluir las contribuciones acordadas.

El 25 de agosto de 2000 inició lo que llamó “Marcha por la Dignidad de Zacatecas” con destino a Los Pinos, a la que se unieron alcaldes y diputados federales de todos los partidos políticos, para exigir al presidente Zedillo cumpliera su palabra sobre la construcción de las autopistas que comunicarían a la entidad con Durango y Aguascalientes.

CAMBIOS EN COBROS

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Con dicha marcha logró no solo que Zedillo cumpliera su compromiso de construir las carreteras, sino que la Secretaría de Hacienda cambiara la manera de cómo cobraba los adelantos que se le habían otorgado a la administración estatal anterior.

De esa forma, al término de su gobierno la obra pública estatal se triplicó. Sin embargo, a las dificultades financieras, se sumaba que tampoco contaba con un Congreso local favorable, por lo que la mitad de su mandato lo ejerció con un gobierno dividido. Al mismo tiempo, la mayor parte de municipios siguieron en poder de los partidos de oposición.

A pesar de estas dificulta des logró el avance en el abatimiento de la pobreza y la marginación en Zacatecas. En el 2000, el índice de marginación para el estado era de 0.706, y para 2005 se registró una disminución de 0.235, dejando a la entidad con un índice de 0.470, gracias a la generación de empleos, a la concentración de recursos en políticas sociales y al crecimiento económico en la entidad: en seis años, las aportaciones de Zacatecas al PIB nacional se incrementaron casi al doble.

Estos avances facilitaron que Zacatecas se consolidara como un bastión de resistencia al avance del régimen. Desde ahí se empezó a gestar un movimiento de oposición al PRI, que daría pie a la fundación de la Asociación Nacional de Gobernadores (ANAGO), conformada por la jefa de Gobierno del DF, Rosario Robles; los gobernadores de Nayarit, Antonio Echevarría; de Tlaxcala, Alfonso Sánchez; de Baja California Sur, Leonel Cota, y de Zacatecas, con Monreal al frente.

Más adelante, se sumarían los de Chiapas, Pablo Salazar, y de Michoacán, Lázaro Cárdenas.

MONTA CACICAZGO

Su estrategia de renunciar al PRI si no le entregaban la candidatura, trascendió a otras entidades como Tlaxcala y Baja California Sur, donde exmiembros del PRI ganaron las gubernaturas después de abandonar ese partido y ser postulados por coaliciones de organizaciones liberales de centro e izquierda. Para entonces, al zacatecano se le consideraba como uno de los políticos más prometedores de aquella época. Sin embargo, como es sabido, Monreal concluyó su gestión envuelto en señalamientos de nepotismo y la sospecha de que “se hizo de la vista gorda”, o simuló ignorar, que algunos de sus hermanos y otros familiares mantenían vínculos con personajes nada recomendables.

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AVANCE DEL NARCO

Cuando el 12 de septiembre del 2004 concluyó su sexenio como gobernador, el narcotráfico había crecido exponencialmente en la entidad. Por lo que quedaron de lado las características distintivas que implementó durante su gobierno, como integrar a su gabinete a miembros del PRI, PAN, PRD, PT y PVEM; impulsar la transparencia y el combate a la corrupción al promover auditorías ciudadanas, para denunciar desviaciones o actos de corrupción.

Conceder prioridad a los gastos en educación y al combate a la pobreza extrema; promover la inversión privada nacional y extranjera, como palanca para la generación de empleos productivos y permanentes; y aprovechar al máximo las ventajas comparativas de la entidad como una de las más seguras del país.

Aunque aseguraba que una de las características distintivas de su gobierno fueron la transparencia y el combate a la corrupción, información hemerográfica (compilada de averiguaciones ministeriales, expedientes judiciales, reportajes, columnas y artículos de fondo publicados en diferentes medios de comunicación) señala que “en todo Zacatecas montó un cacicazgo con apoyo de toda su dinastía”, por lo que es imposible creer que haya sido ajeno a los delitos que se atribuyen a su vasta familia “en la que hay alcaldes, diputados, gobernadores, regidores y demás yerbas, y a la cual sus adversarios acusan no únicamente de tráfico de drogas, sino además de abigeato y usufructo de dineros públicos”.

Para las arcas estatales, el tránsito de Ricardo Monreal por el gobierno zacatecano, a decir de sus propios paisanos, “fue algo así como el paso de una manga de langosta sobre un campo de maíz. Y no son pocos quienes hablan de un patrimonio familiar fabuloso, que incluye propiedades de todo género y hasta ranchos en Texas y otros puntos en el extranjero”. (Continuará).

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