SALUD. Las alarmas se han encendido para la Organización Mundial de la Salud, tras la detección de la nueva subvariante de Ómicron denominada como EG.5.1 o ´Eris´ la cual ya fue detectada en 45 países y a la que se le dará seguimiento.
De acuerdo a los datos difundidos, las primeras pruebas detectadas se dieron en Reino Unido y corresponden al mes de febrero de 2023. La prevalencia global se duplicó desde mediados de junio hasta mediados de julio. Por el momento está ganando terreno en EE.UU., entre otros.
Según el organismo sanitario, aún no está claro el impacto epidemiológico del sublinaje, pero hay sospechas que esto pueda afectar las características del virus y que podrían representar un riesgo futuro. Por este motivo, las medidas sanitarias deben reforzarse.
Sin embargo, la mayor preocupación de especialistas en salud es que Ómicron continúa avanzando, esto debido a que todos los virus cambian con el paso del tiempo y por ello es incierto el futuro de la pandemia ya que más oleadas de contagios se avecinan.
Si bien, como se vio, la cepa “Eris” avanza en el Reino Unido, la OMS reiteró que hasta el momento ha ido propagándose en todo el mundo, por esto es esencial extremar su vigilancia para descartar o confirmar a tiempo si será la mutación que destrone a las demás existentes.
