CAMPECHE. – En Pomuch la fiesta de los vivos para recibir a sus muertos comenzó un mes a tras; desde principios de octubre las familias iniciaron con la limpieza de tumbas, nichos y huesos; tradición que continúa asombrando a nacionales y extranjeros que acuden cada año a presenciar ese “encuentro con la muerte”.
En esta ocasión la tradición de engalanar a los fieles difuntos se enlazó irónicamente con “Sembrando Vida”, uno de los programas estrellas del gobierno federal, que consiste en apoyar a los campesinos en la siembra de árboles y hortalizas. Para ello, en el parque principal del poblado los productores expusieron sus logros, aprovechando la llegada de los turistas, aunque estos están más ávidos por visitar los panteones y ver de cerca los restos que deja la muerte.
En el centro del poblado todo es música y alegría, más que una fiesta es una feria para los muertos, esa festividad que sus habitantes esperan cada año no sólo por la derrama económica que representa, sino porque su tradición continúa siendo reconocida y por ello la mantienen más viva que nunca.
En los dos panteones del lugar, las casas donde descansan los familiares muertos, la mayoría ya fue sacado de sus nichos y tumbas, ya se encuentran listos, engalanados para estar presentes este día 1 y 2 en la fiesta nacional, porque a diferencia de otros muertos ellos tienen una gran ventaja, estarán presentes en esta celebración acompañando a sus familiares vivos.
Como la familia Baas Caballero, una de las últimas en acudir a limpiar los nichos de sus antepasados; abuelos y tíos fueron limpiados para celebrar juntos esta fiesta que enorgullece a los mexicanos al tiempo que asombra a extraños.
Pero Pomuch no sólo es conocido por su forma de festejar a los fieles difuntos, sino también por su sabroso y tradicional pan, una exquisitez reconocida en el sureste mexicano, sobretodo en esta época del año, dónde las dos tradiciones, la del pan y la fiesta a los muertos, se juntan.