CAMPECHE. Pese al constante llamado de autoridades de la salud, por suspender actividades recreativas con el fin de disminuir los riesgos de contagio de Covid-19, cientos de personas continúan asistiendo a las playas que no cuentan con vigilancia mientras otras pagar para poder pagar piscinas y clubes de playas privadas.
Sin embargo, la gente está más preocupada por mitigar el calor derivado de la humedad y las altas temperaturas, por lo que no les importa el exponerse para pasar un rato agradable, sin importarles el alza de contagios en la capital, y aunque el balneario de Playa Bonita y Payucán continúan cerrados como parte de las medidas, campechanos se las han ingeniado para colarse a otras playas.
Algunos más prefieren manejar varios minutos para aventurarse a sitios a las afueras de la ciudad rumbo al municipio de Seybaplaya, lo mismo con el fin de ingresar a las playas privadas como San Lorenzo, donde es posible rentar casas o departamentos, al igual que en los clubes, desafortunadamente se han observado a niños, jóvenes, adultos y hasta personas de la tercera edad que conviven como si la pandemia se hubiera esfumado.