A pocas horas de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, un nuevo escándalo envuelve al movimiento olímpico y es que el director responsable de la ceremonia de apertura, Kentaro Kobayashi, fue destituido el jueves de su cargo por una broma referida al Holocausto realizada hace dos décadas.
Kobayashi, quien tenía a su cargo la responsabilidad de la ceremonia de apertura de la justa deportiva más importante del mundo, fue destituido, según informó la máxima responsable de Tokio-2020, Seiko Hashimoto, después que se diera a conocer un video que salió a la luz durante la madrugada de este jueves, provocando una gran conmoción.
“Nos hemos enterado que durante un espectáculo en el pasado, utilizó un lenguaje burlesco al referirse a este trágico episodio del pasado”, dijo Hashimoto, quien decidió “el cese en sus funciones de Kobayashi”.
La polémica escena causante de su baja de las actividades olímpicas fue grabada en video en 1998 y muestra a Kobayashi y a otro actor fingir ser unos famosos comediantes infantiles de la televisión nipona.
En un momento dado, Kobayashi se refiere a unos muñecos de papel como “esos que la última vez dijiste: ‘¡Vamos a jugar al Holocausto!’”, provocando la risa de la audiencia. La pareja bromea también sobre el enojo que provocaría esta referencia al Holocausto a su productor televisivo.
Por su parte, el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, refirió sobre el hecho que “es escandaloso, totalmente inaceptable”.
Al respecto, Kobayashi pidió disculpas por unas palabras “extremadamente inapropiadas” a través de un comunicado de prensa.
Los escándalos de Tokio 2020
La polémica levantada por las acciones de Kentaro Kobayashi, se suma a las ocurridas previamente. En marzo, otro responsable artístico de las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos, Hiroshi Sasaki, ya había dimitido por haber sugerido internamente disfrazar de cerdo a una actriz y estrella japonesa de las redes sociales, Naomi Watanabe.
Y en febrero, el presidente de Tokio 2020, el exprimer ministro japonés Yoshiro Mori, tuvo que dejar su puesto por unos comentarios sexistas que generaron un impacto mundial.
Los escándalos en cascada han ensuciado la imagen de unos Juegos de Tokio ya impopulares a los ojos de una gran parte de la población japonesa, que teme que el evento agrave la crisis sanitaria en el país.