En 2020 se registró el mayor retroceso mundial observado desde 2009 en materia de vacunación infantil, con unos 23 millones de niños que no recibieron las inmunizaciones infantiles básicas, informaron este jueves la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Ese dato marca una diferencia de 3,7 millones menos niños vacunados que en 2019, además de que 17 millones no habrían recibido una sola vacuna.
Los organismos especificaron que 3,5 millones adicionales de niños no recibieron su primera dosis contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, mientras que tres millones más no fueron vacunados con su primera dosis contra el sarampión. Millones más no recibieron las inmunizaciones que se administran después de esas primeras dosis.
Más urgente que nunca
El director general de la OMS llamó la atención sobre el peligro de dejar desprotegidos a los niños frente a enfermedades tan devastadoras como prevenibles, entre ellas el sarampión, la poliomielitis o la meningitis.
“La aparición de brotes múltiples de enfermedades sería catastrófica para las comunidades y los sistemas de salud que ya están luchando contra el COVID 19, por lo que es más urgente que nunca invertir en la vacunación infantil y garantizar que se atienda a todos los niños”, aseveró Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Los retrocesos ocurrieron prácticamente en todos los países, aunque los descensos más pronunciados de vacunación sucedieron en zonas afectadas por conflictos y en entornos remotos o marginados que sufren grandes carencias y acceso limitado a todos los servicios básicos.
Las regiones más afectadas fueron Asia sudoriental y el Mediterráneo oriental.
La información de las agencias de la ONU indica que India fue el país que sumó más niños sin vacunas de 2019 a 2020, con un aumento de 1.635.000, seguido de Pakistán e Indonesia, con incrementos de 401.000 y 325.000, respectivamente. En América Latina, México mostró el mayor retroceso al aumentar en 106.000 los niños sin inmunizaciones el año pasado.
La OMS y UNICEF destacaron que los números han revelado que la proporción de niños sin la protección de al menos algunas vacunas subió más en los países de renta media.
Llamada de atención
Por su parte, Gavi, la Alianza para las vacunas, se refirió a las cifras como alarmantes porque sugieren que la pandemia está echando por tierra años de progreso en la inmunización sistemática y exponiendo a millones de niños a enfermedades mortales y prevenibles.
El doctor Seth Berkley, director de Gavi, afirmó que se trata de “una llamada de atención”.
“No podemos permitir que el legado del COVID 19 suponga el resurgimiento del sarampión, la poliomielitis y otras enfermedades mortales. Todos debemos trabajar juntos para ayudar a los países a derrotar la pandemia, garantizando un acceso mundial y equitativo a las vacunas, y para volver a poner en marcha los programas de inmunización sistemática. La salud y el bienestar futuros de millones de niños y sus comunidades en todo el mundo dependen de ello”, puntualizó.
En el mismo tenor, la directora ejecutiva de UNICEF sostuvo que los datos “deberían ser una clara advertencia”.
“La pandemia de COVID-19 y las perturbaciones relacionadas con ella nos han hecho perder un terreno valioso, y las consecuencias se pagarán en las vidas y el bienestar de los más vulnerables, algo que no podemos permitirnos”, apuntó Henrietta Fore.
La responsable de UNICEF recordó que ya antes de la pandemia, había señales preocupantes de que se empezaba a perder terreno en la lucha por la inmunización contra las enfermedades infantiles prevenibles, y citó los brotes generalizados de sarampión que se produjeron hace dos años.
“La pandemia ha empeorado una situación que ya era problemática. Con la distribución equitativa de las vacunas contra el COVID 19 en la mente de todos, debemos recordar que la distribución de las vacunas siempre ha sido desigual, pero no tiene por qué serlo”, añadió.
