Un número récord de manatíes ha muerto este año en Florida, Estados Unidos, principalmente por inanición, de acuerdo a las autoridades de vida silvestre.
Al menos 841 de estos mamíferos marinos murieron en aguas cercanas a la costa oriental del estado entre el 1 de enero y el 2 de julio.
Eso rompe el récord anterior establecido en 2013, cuando 830 manatíes murieron después de la exposición a algas dañinas.
Los biólogos alegan que los pastos marinos de los que dependen los manatíes para alimentarse está desapareciendo debido al aumento de la contaminación.
Aseguran que el problema principal es la creciente polución por desechos de las vías fluviales de Florida, lo que desencadena la acumulación de algas y la pérdida del pasto marino.
Según el Instituto de Investigación de Pesca y Vida Silvestre de Florida, gran parte de las muertes ocurrieron durante los meses más fríos, cuando los manatíes emigraron a Indian River Lagoon, donde la mayoría del pasto había muerto.
A medida que las temperaturas fueron subiendo y los animales se dispersaron a lo largo de la costa atlántica, los choques con barcos se convirtieron en la principal causa de muerte durante el mes pasado, según muestran los datos oficiales.
Al menos 63 manatíes han sido atropellados por embarcaciones en lo que va del año.
Estos accidentes “siguen considerándose preocupantes para la población (de manatíes)”, dijo el instituto.
El gobierno federal cambió el estatus del manatí de “en peligro” a “amenazado” en 2017, pero los conservacionistas dicen que la especie vuelve a necesitar más protección.
Este mamífero grande y de movimientos lentos se ha convertido en una mascota no oficial en Florida. Cerca de 6.300 manatíes viven actualmente en aguas del estado, según el gobierno.
En los últimos meses, biólogos marinos y así como congresistas de Florida han prestado más atención a la muerte de manatíes.
En marzo, la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre del estado declaró la situación un “evento de mortalidad inusual”, lo que permite al gobierno federal investigar la causa de las muertes.
El mes pasado, una coalición de grupos ambientalistas y empresas locales instó al gobernador Ron DeSantis a declarar el estado de emergencia para abordar la crisis de los manatíes.
Pero los funcionarios estatales de medio ambiente dijeron que tal orden era innecesaria porque ya tenían los recursos necesarios.