El pánico se ha apoderado de Alito, las últimas declaraciones de Layda Sansores en su entrevista con Julio Astillero sus palabras han sido lapidarias. El “Museo de la Corrupción” va, y esto ha provocado que el dirigente del PRI nacional acelere el desmantelamiento de su mansión de Lomas del Castillo que albergaría ha dicho museo.
Poco le duró el gusto a Moreno Cárdenas quién tratando de construir una casa del tamaño de su ego sólo alcanzó a vivirla un par de años pero bien reza el viejo adagio: “Si se va lo bien habido, ¿Qué no pasará con lo mal habido?”.
Parece que los tiempos de la corrupción y la impunidad han quedado atrás y qué, para evitar regresar a ellos, Layda pretende con este museo hacer testigos a todos los campechanos de los excesos y el dispendio de la vida faraónica con la que Alejandro Moreno quiso saciar sus deseos de riqueza marcadas por una juventud llena de carencias.
En esa entrevista Layda proporciona detalles que resultan familiares para el círculo rojo, pero que son desconocidos por la inmesa mayoría de los campechanos; reveló que la mansión cuenta con un helipuerto, una cancha de
pádel, cancha de fútbol, campo de prácticas de golf, así como una línea de boliche privada “mientras que los campechanos no tenemos un boliche en el estado”, afirmó.
Tal parece que los campechanos se quedarán con las ganas de entrar al museo de la corrupción a jugar
boliche porque esta misma semana fue desmantelada duela por duela la línea privada de más de $300,000 que estaba instalada en la mansión de Lomas del Castillo. ¿A dónde se la va a llevar? Pues dicen los que saben que va directo para la basura porque según nos informan una línea de boliche se diseña para un espacio en específico y que para ser trasladada se requiere contratar a servicios de una empresa especializada y a juzgar por los albañiles que están desmantelando toda la casa, la intención de quitarla es para evitar que al inaugurar el museo aparezca en los noticieros nacionales… o en la mañanera.