Tras el señalamiento del presidente de México, Andrés Manuel López (AMLO) de que la refinería de Salina Cruz, Oaxaca fue victima de sabotaje, se investiga ampliamente las causas del porque esta infraestructura petrolera sufrió daños.
El mandatario informó que el sistema eléctrico de la planta fue cortado para robarse el cableado. “La refinería ha sufrido muchos problemas hasta sabotaje. Antes de que llegáramos se incendió, hace relativamente poco cortaron todo el sistema eléctrico de la refinería, para robarse todos los cables principales de alta tensión de la refinería”, dijo el presidente. Debido a esta acción, se dio instrucciones a la Secretaría de Marina para que se resguardarán las instalaciones de las refinerías en la zona de Istmo.
“Bueno todo eso se está atendiendo, y por eso se debe que la refinería de Salinas Cruz y los dos puertos, Salina Cruz, Coatzacoalcos, y toda la vía del Tren del Istmo van a tener resguardo de la Secretaría de Marina, ya está reforzándose la vigilancia”, dijo el ejecutivo.
Considerada como la mayor procesadora de petróleo crudo del país, la refinería “Ingeniero Antonio Dovalí Jaime”, ubicada en el municipio de Salina Cruz, Oaxaca, es el principal motor económico de la región, pero también la mayor fuente de contaminación.
Aunque en los últimos meses ha operado a menos de la mitad de su capacidad, su contaminación al aire, suelo y
agua son elocuentes y, cuando ocurren incidentes en sus instalaciones, generalmente son espectaculares: los incendios han generado muros de humo de más de 200 metros de altura, los derrames en la laguna matan todo a su paso y esa lluvia negra que allí se ve cuando ocurren explosiones o las emanaciones de humo alcanzan dimensiones fuera de toda proporción, se convierte en el preludio de la muerte de peces en lagunas y la mar.
Esa refinería fue inaugurada el 4 de agosto de 1979 y a unos días de cumplir 41 años de operaciones, se ha convertido en el vecino incómodo para más de 400,000 habitantes de la cuenca atmosférica de Salina Cruz.