CAMPECHE. Ante la embestida del aparato gubernamental, medios de comunicación y representantes de partidos, con acciones judiciales y amenazas, la precandidata a la gubernatura de Campeche Layda Elena Sansores San Román y otros integrantes del partido solicitaron una reunión con el Fiscal General de Justicia del Estado (FGECAM), Juan Manuel Herrera Campos, para solicitar se le dé agilidad a las investigaciones en torno al caso.
Las amenazas que continúan en contra de Alejandro Gómez Cazarin, dirigente municipal de Morena en Carmen y su familia, deben cesar exigió Sansores, así como la persecusión contra Pablo Gutiérrez Lazarus, ex alcalde de Carmen, acusado desde el 2018 de uso indebido de atribuciones y facultades y peculado.
Por esto la precandidata de Moreno acompañé a Alejandro G. Cazarín y a la diputada Xóchitl a darle seguimiento al intento de asesinato que sufrieron hace un año. “El acoso continúa: a Alejandro lo siguen persiguiendo autos extraños y recibe amenazas de muerte en redes”, afirmó.
ENTREVISTA CON EL FISCAL
Layda Sansores San Román, coordinadora de la 4T en Campeche, se entrevistó hoy con el fiscal general del estado, Juan Manuel Herrera Campos, para dar seguimiento a las denuncias por amenazas de muerte contra el delegado de Morena en Ciudad del Carmen, Alejandro Gómez Cazarín.
“Esperamos tener resultados, porque en las contiendas electorales todo se torna muy hostil por la tensión de los hilos de la política”, apuntó Layda Y agregó que “también está la persecusión del exalcalde carmelita y expanista Pablo Gutiérrez Lazarus, quien “está viviendo persecución política por la contienda electoral”.
DISPARARON CONTRA DIPUTADA Y MILITANTE DE MORENA
Dos presuntos sicarios atentaron este sábado contra el presidente del Comité Municipal de Morena, en Ciudad del Carmen, Alejandro Gómez Cazarín y la diputada local por el mismo partido, Xóchilt Mejía; el primero resultó con dos heridas de bala y la legisladora salió ilesa.
De acuerdo con datos proporcionados por testigos, al menos dos personas arribaron al domicilio de los morenistas, en el Fraccionamiento Mediterráneo. Hay dos versiones del suceso, la primera se relaciona a conflictos internos en Morena y la disputa por el control del partido y autoridades dijeron que se trató de un asalto, al que se resistieron.