La mayoría de las mujeres fueron asesinadas por fusilamiento. Foto: Reuters
Arqueólogos al noreste de España han descubierto la fosa común de 10 mujeres asesinadas por un pelotón de fusilamiento fascista en los primeros días de la Guerra Civil española, llamando la atención sobre la difícil situación de las mujeres en el conflicto que a menudo se pasa por alto.
Botones blancos bien conservados trazan un camino por algunas de sus espinas, los últimos vestigios de la ropa que vestían el día en que fueron ejecutados el 31 de agosto de 1936 después de ser arrebatados de sus casas en el pueblo de Uncastillo la noche anterior.
Sus cadáveres fueron arrojados a una fosa estrecha en el cementerio local de la vecina Farasdues, en la región de Aragón.
La abuela de Mari Carmen Ríos, Inocencia Aznares, estaba entre ellos.
“¿Por qué la mataron? Porque no pudieron encontrar a mi tío, porque sabía leer y escribir, porque ella votó por la República. No sé. Nada de lo que hicieron tiene sentido”, dijo Ríos.
Más de 100 mil cuerpos siguen desaparecidos
Más de 500 mil personas murieron durante la guerra de 1936-1939. Las fundaciones históricas estiman que más de 100 mil cuerpos siguen desaparecidos, muchos de ellos en fosas comunes sin identificar.
El gobierno de coalición de izquierda aprobó un proyecto de ley en septiembre para financiar exhumaciones de fosas comunes como parte de los esfuerzos para “restaurar la memoria democrática”.
Mujeres víctimas de violencia
Cristina Sánchez, quien investiga la violencia de la guerra civil contra las mujeres en la Universidad de Zaragoza, explicó que la investigación académica sobre el conflicto, aunque extensa, se ha centrado abrumadoramente en la experiencia de los hombres.
“¿Dónde están todas las mujeres? … Ahora nos encontramos con que estaban presentes como víctimas de violencia y como perpetradoras”.
Sánchez relató que algunas fueron perseguidas por sus inclinaciones políticas o activismo, pero muchas más fueron asesinados como víctimas sustitutas de sus familiares varones. Los métodos de ejecución fueron igualmente salvajes para ambos sexos.
“Tenemos muertes por ahogamiento, muertes por ahorcamiento y la mayoría fueron asesinados por fusilamiento”.
Las excavaciones en Farasdues comenzaron en noviembre, pero la masacre había permanecido alojada en la memoria colectiva de la zona durante décadas, dijo el arqueólogo Javier Ruiz.
“Llevarse a 10 mujeres de una vez no sucedió en muchos lugares, al menos no en Aragón. En Uncastillo estas 10 mujeres nunca han sido olvidadas”.
Junto a su tumba, los arqueólogos descubrieron otro sitio con los cuerpos de al menos siete hombres, que aún no se han identificado.