Miles de pobladores fueron trasladados a albergues, mientras otros quedaron en sus frágiles viviendas de madera. FOTO: Reuters
Iota se degradó a huracán de categoría 4 cuando tocó tierra el lunes por la tarde en el Caribe norte de Nicaragua, aunque aun así dejaba intensas lluvias y vientos que arrancaron árboles y techos de viviendas en su camino hacia el interior de Centroamérica, una zona devastada hace dos semanas por el ciclón Eta.
Más fuerte que su predecesor, Iota llegó a tierra como huracán de categoría 5 con vientos máximos de 260 km/h hora, dijo en un informe el Centro Nacional de Huracanes (NHC), pero al tocar tierra comenzó a perder fuerza.
El centro indicó que el ciclón, ahora de categoría 4, va acompañado de “vientos catastróficos” y fuertes lluvias que pueden provocar “inundaciones repentinas”, así como corrimientos de tierras en gran parte de Centroamérica.
Los fuertes vientos y los aguaceros inundaron los barrios bajos de Bilwi, que quedó sin electricidad horas antes de la embestida de Iota.
Miles de pobladores fueron trasladados a albergues, mientras otros quedaron en sus frágiles viviendas de madera.
“El viento está demasiado fuerte, se llevó todo, el techo y las ventanas de madera de mi casa, que es de concreto. Tuve que salir a otra casa vecina” relató Jessi Urbina, vecina del barrio El Muelle, en Bilwi.
Habitantes de la zona aseguraron que el viento arrancaba techos de las casas “como si fueran de cartón”.
Iota en otros países
Mientras tanto, El Salvador declaró alerta roja mientras el gobierno anunció un monitoreo de todas las zonas, el despliegue masivo de personal y evacuaciones preventivas principalmente en zonas cercanas a cuencas de ríos, lugares aledaños a cerros y volcanes. Panamá y Costa Rica también se mantenían en alerta por Iota.
El sur de México, podría resentir también los efectos de Iota, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“El río Usumacinta ahora es nuestra preocupación. Este río no tiene ningún control, no hay presa, está salido de cauce, hay inundación”, declaró.
La actual temporada de huracanes del Atlántico ha batido récords en el número de tormentas nombradas, que ya suman 30 tras la aparición de Iota. Algunos científicos señalan como responsable al incremento de las temperaturas oceánicas debido al cambio climático provocado por el ser humano.