LA HERENCIA FAMILIAR (PARTE 1 DE 3)
TABASCO.- A días de cumplir dos años de haber concluido su sexenio (31 de diciembre de 2018) él como gobernador y ella como directora del DIF estatal, los tabasqueños no los olvidan y son implacables en su veredicto: Arturo Núñez y Martha Lilia, su esposa, deben responder de sus raterías. Al matrimonio se suma su vástago, Néstor Núñez López, quien ha sabido seguir los consejos de su señor padre, que suele decir: “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”, parafraseando la expresión que acuñó César Garizurieta, El Tlacuache, durante el sexenio del presidente Miguel Alemán Valdés, que los priístas convirtieron en dogma de fe lo mismo que los panistas y los gobiernos perredistas.
SIGUE LOS MISMOS PASOS
En efecto, Néstor Núñez, como alcalde de la Cuauhtémoc, (al soñar con la reelección) sigue a pie juntillas los consejos y los pasos de sus progenitores a quienes, curtidos en el activismo neoliberal, no parecen hacerle mella los señalamientos que en su contra lanzan sus paisanos, ni el proceso administrativo y resarcitorio –por más de 5 mil millones de pesos no solventados del ejercicio fiscal 2018–, que realiza el Órgano Superior de Fiscalización del estado. Tampoco el presunto desfalco de más de 53 millones de pesos en el DIF estatal, que encabezó su esposa, en el que se incluye la “desaparición” de 15 mil chalinas; menos, el sospechoso manejo de 80 millones de pesos que envió la federación para la edificación de guarderías.
Estos dos últimos asuntos pintan de cuerpo completo a Martha Lilia López –a quien sus detractores consideraron como la mujer más poderosa y artífice de la Estafa maestra en Tabasco durante el sexenio del gobernador Núñez–. Sólo en 2018, manejó más de 900 millones de pesos. Indican, incluso, que ella era quien tomaba las decisiones en la administración de Núñez, su esposo.
EL “AÑO DE HIDALGO”
Las acusaciones de corrupción en contra de Arturo Núñez y Martha Lilia, quienes pensaron que a estas alturas ya tendrían estatuas perpetuando su memoria y sus logros, no nacieron o se dieron apenas dejaron sus respectivos cargos. Comenzaron a ganar fuerza, a mediados del último año del sexenio del mandatario, el famoso “año de Hidalgo” que entre los funcionarios públicos o políticos se refiere a que durante el último año de gestión, deben llevarse todo o lo que más puedan.
AMET RAMOS TRONCOIS
El desfalco al erario público tabasqueño, que se realizó en la administración de Arturo Núñez, podría estar entre los 3 mil 500 millones, los 5 mil millones y los 8 mil millones de pesos, por lo que las especulaciones crecen en el sentido de que su esposa podría estar involucrada en el gigantesco desfalco, con la complicidad del chiapaneco Amet Ramos Troncois quien además de ser primo de Martha Lilia se desempeñaba como secretario de Planeación y Finanzas del estado, por lo que gozaba a plenitud de la permisibilidad del gobernador para hacer de las suyas.
Parte de sus corruptelas se conoció en abril de 2018, cuando 48 empresarios solicitaron la intervención de la Secretaría de la Función Pública a fin de lograr el pago del adeudo de más de 86 millones de pesos, sin tener que cubrir el 30 por ciento del monto total a cobrar como moche exigido por el primo de la esposa del gobernador si que querían recibir su pago a tiempo.
Los quejosos, sin embargo, denunciaron lo que para entonces ya era un secreto a voces en Tabasco, que detrás de Ramos Troncois estaba la esposa del gobernador, pues además de ser ella quien tomaba las decisiones, era artífice de todos los negocios que el sobrino realizaba con el presupuesto público de la entidad.
(Continuará).