El presidente Donald Trump bromeó sobre la posibilidad de perder ante su rival Joe Biden, en un mitin en Macon, Georgia, el mandatario mencionó que probablemente podría irse de Estados Unidos, ante una posible derrota.
“¿Qué haré? No me sentiré muy bien. Quizás me tenga que ir del país. No lo sé”.
Durante la visita a dicha ciudad, Donald Trump no perdió la oportunidad de tundir a Biden, donde aseguró es el peor candidato a la presidencia de Estados Unidos, además, añadió es una presión extra competir contra una representante así.
“Competir contra el peor candidato en la historia de las presidenciales pone presión sobre mí. ¿Se pueden imaginar si pierdo?”
En medio del optimismo, el presidente Trump pareció reconocer que las cosas podrían no resultarle al final.
Los ataques durante el discurso
El presidente Donald Trump buscó recuperar terreno en la carrera por la Casa Blanca, con mítines en Georgia y Florida, donde predijo una “ola” republicana en las elecciones del 3 de noviembre, a pesar de las encuestas que dan ventaja a su rival Joe Biden.
A 17 días de las elecciones, Trump hizo campaña en estos dos estados que ganó hace cuatro años, pero en los que ahora podría imponerse el candidato demócrata.
En efecto, los sondeos no son promisorios para el mandatario que busca la reelección, aunque Trump los califica de “falsos”.
“Vamos a presenciar una ola roja de un tamaño sin precedentes”, lanzó en su discurso en Ocala, Florida, un estado que debe ganar si quiere reunir los votos necesarios en el colegio electoral para obtener un segundo mandato de cuatro años.
Además, de estar rezagado en las encuestas, la crisis por el coronavirus parece profundizarse con un aumento en el ritmo de contagios en el país.
Ante una multitud que lo vitoreaba en Ocala, Florida, Donald Trump dejó de lado el coronavirus y lanzó una diatriba sobre la inmigración, la raza y contra Biden, a quien acusa de corrupción. “Joe Biden es un desastre” y “un político corrupto”.
Los demócratas “no tienen más que desdén por sus valores” y “quieren convertir a Estados Unidos en un país comunista”.
Después, lanzó sus comentarios contra los migrantes latinoamericanos, afirmando que los demócratas “inundarán sus comunidades con (inmigrantes) ilegales, drogas y crimen”.
Y arremetió contra la congresista demócrata somalí-estadounidense Ilhan Omar, que suele criticarlo abiertamente: “odia a nuestro país” y “viene de un lugar que ni siquiera tiene un gobierno”.
Para finalizar, no ahorró veneno para los periodistas, a quienes volvió a llamar “enemigos del pueblo”.