Los habitantes de Luisiana, en Estados Unidos, continuaron el domingo con las tareas de limpieza después de que el huracán Delta pasó por la región el viernes por la noche, y evaluaban paulatinamente los daños en sus hogares; dicho fenómeno tocó tierra cerca de la ciudad de Creole como huracán de categoría 2, con vientos sostenidos de 160 kilómetros por hora que dejaron sin luz eléctrica a alrededor de 500 mil personas.
Para esta jornada, el huracán Delta se debilitó a ciclón postropical, pero seguía siendo una amenaza con fuertes lluvias en Luisiana, dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC). La tormenta agravó daños del huracán Laura, que devastó la región en agosto. El ciudadano Gerard Meschwitz regresó al estado tras resguardarse en Texas. Descubrió que el huracán Delta destruyó más de su techo, que ya estaba dañado por Laura.
Dijo que retrasó su regreso hasta el domingo en lugar del día anterior para evitar el tráfico de otros evacuados que regresaban.
El huracán Delta también cortó la producción de petróleo en alta mar en el Golfo de México y el 62% de gas natural, informó el Departamento del Interior.
Las pérdidas aseguradas del huracán Delta se estiman en alrededor de dos mil millones de dólares, mientras que las pérdidas del huracán Laura rondaron los 10 mil millones, dijo Steve Bennett, director de productos de The Demex Group, una empresa de tecnología. Poco a poco, los ciudadanos tratan de volver a la normalidad, dentro de la nueva normalidad por COVID-19, y restaurar sus dañados hogares.
Testigos y víctimas
El agua acumulada en el jardín de Daniel Schexnayder le llega a los tobillos. Los daños causados por el huracán Laura a finales de agosto todavía le impiden vivir en su casa y acaba de sufrir un segundo huracán. Todo en seis semanas. Pero todavía no cree en el calentamiento global. El sábado, un día después del huracán Delta, el mensaje de este carpintero de 58 años es claro:
“Hay buenos científicos y malos científicos […] Acepto estos huracanes porque no hay nada que podamos hacer. No tenemos poder sobre ellos, sólo el buen Dios lo tiene”.
Luisiana, un estado muy devoto y conservador que votó mayoritariamente por Donald Trump en 2016, forma parte del “cinturón bíblico” del sur de Estados Unidos. Según un estudio publicado en 2020 por un programa de la respetada Universidad de Yale, de todos los estados del país afectados regularmente por los huracanes, Luisiana es el que menos cree en el cambio climático (55%).