Lo anterior se debe a la creencia extendida de que la familia es la consecución de ese ideal de felicidad, mientras que la soltería es un castigo que aboca a una existencia incompleta.
Es a causa de esta presión social, familiar y cultural, por la que habitualmente estas mujeres se lanzan hacia una relación sentimental aunque no quieran, sólo para evitar el sentimiento de soledad y fingir la plenitud vital.
SÍNTOMAS COMUNES
1. El autocuestionamiento constante ¿Soy muy selectiva? ¿Me ven tan independiente que se asustan? ¿Por qué no soy la elegida, y siempre son las demás?, son preguntas que se hacen de forma recurrente a lo largo del día.
2. Inseguridad. Las mujeres sienten que no son demasiado buenas, o que su actitud asusta a los Hombres.
DESAFÍO A LA SOCIEDAD
Las mujeres estamos más inclinadas a hablar de lo que les sucede y a solicitar ayuda para resolver aquellos problemas que las desestabilizan emocionalmente. Tenemos por delante un reto y una responsabilidad. Desafiar las creencias establecidas y los estereotipos que nos muestran un camino inadecuado.
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Esta genera en el público necesidades artificiales, estereotipos… y mucha frustración. Mujer, treinta y tantos años. Con carrera, exitosa en el trabajo pero desafortunada en el amor. Parece un retrato robot, y en cierta forma lo es: se trata del perfil más habitual de quien sufre el síndrome de la cama vacía.
