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22 noviembre, 2024

Mundo

El terrible origen del Día de la Mujer

A finales del siglo XIX, el mundo se encontraba industrializado, fue un período de expansión y desorden, crecimiento demográfico desorbitado y auge de ideologías radicales.

El 8 de marzo de 1857, las mujeres que trabajaban en la industria textil (llamadas “garment workers”) de Nueva York, organizaron una huelga y protesta. Luchaban contra los salarios bajos y las inhumanas condiciones laborales. La reacción de la policía fue cargar contra las manifestantes, aplicar la fuerza y por si fuera poco, dispararles. Dos años más tarde, estas mujeres crearon su primer sindicato con el fin de protegerse y conseguir ciertos derechos laborales básicos.

El 8 de marzo de 1908, 15.000 mujeres se manifestaron por las calles de Nueva York para exigir un recorte del horario laboral, mejores salarios, el derecho al voto y el fin del trabajo infantil. El eslogan que eligieron fue “Pan y Rosas”; el pan simbolizaba la seguridad económica, y las rosas, una mejor calidad de vida. En mayo, el Partido Socialista de América señaló el último domingo de febrero como Día Nacional de la Mujer.

En 1910 en Copenhage (Dinamarca) se celebró una conferencia internacional entre organizaciones socialistas del mundo. La conferencia propuso la creación de una Día de la Mujer de carácter internacional. La idea inicial partió de Clara Zetkin, una socialista alemana, que planteó la creación de un Día Internacional para conmemorar la huelga de las “garment workers” de los Estados Unidos. La propuesta se aprobó por unanimidad por la conferencia, que contaba con más de 100 mujeres pertenecientes a 17 países distintos, entre las que se encontraban las primeras tres mujeres elegidas al parlamento de Finlandia. El Día se instituyó para conmemorar el movimiento por los derechos de la mujer, incluyendo el derecho a voto (conocido como “sufragio”). En ese momento no se fijó ningún día en concreto para su celebración.

Sin embargo las condiciones y los horarios en los que trabajaban las mujeres seguían siendo inhumanos, mayormente jóvenes inmigrantes, con un horario de nueve horas diarias más siete los sábados, ganaban, por 52 horas de trabajo a la semana, entre 7 y 12 dólares.

El 25 de marzo de 1911, en Nueva York, se incendió la fábrica de confecciones de camisas Triangle Waist, el desastre industrial más grande de la ciudad. Causó la muerte de cerca de 125 trabajadoras de la confección y 23 hombres que murieron por quemaduras provocadas por el fuego y la inhalación de humo. La mayoría de las víctimas eran mujeres inmigrantes de Europa del Este e Italia de entre catorce y veintitrés años de edad.

El sindicato Women’s Trade Union League y el International Ladies’ Garment Workers Union, organizaron muchas de las protestas contra esta tragedia, que pudo haber sido evitada, entre las que destaca el desfile funerario silencioso, que reunió a una multitud de unas 100.000 personas. El Triángulo de Fuego tuvo una gran repercusión en la legislación laboral; las terribles condiciones laborales que provocaron este desastre fueron evocadas en posteriores celebraciones del Día Internacional de la Mujer Trabajadora que tiempo después se convertiría en el Día Internacional de la Mujer.

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Desde entonces podría parecer que no pararon los avances para las mujeres, sin embargo tampoco se puede negar que estamos lejos de alcanzar una verdadera igualdad de género y que la mujer deje de ser sujeto sexual;  esto se ve reflejado no sólo en México, sino en el mundo. Incluso, se registran retrocesos en algunos temas relevantes como el de la atención a la salud, cuando se legisla en contra del respeto a las decisiones en torno a su cuerpo, o en la persistencia de las múltiples formas de violencia ejercida contra ellas.

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