CAMPECHE- Con las festividades de Día de Muertos, los mercados: Pedro Sainz de Baranda, San Román, Samulá, San Francisco, Lerma, Mercadito Ejidatario, Concordia y Solidaridad Nacional, así como entre sus calles aledañas, comienzan a llenarse de colores, desde las flores de cempasúchil hasta las calaveritas de azúcar o de chocolate, el papel picado, así como la mezcla de olores de incienso, veladoras y el pan.
Sin embargo, más allá del simbolismo y las ofrendas que adornan los altares, el impacto económico de estas celebraciones es innegable. De acuerdo a encuestas, la instalación de un altar, tiene un costo de, alrededor de mil 800 pesos, por lo que los campechanos prefieren comprar en el comercio informal, incluso artículos chinos.
Según Gerardo López Becerra, presidente del Consejo para el Desarrollo del Comercio enPequeño (CONCOMERCIO). El país entra en una de las etapas más dinámicas para el comercio, un fenómeno que empezó en septiembre y que culminará con las fiestas decembrinas.
Pero este aumento en la actividad comercial no es motivo de celebración para todos. Aunque las ventas se disparan, López Becerra alerta que el 50 por ciento de los ingresos se va a la informalidad, una realidad que afecta gravemente a la economía formal.
“Este repunte en las ventas representa millones de pesos de evasión de impuestos; servicios públicos que no se pagan; empleos sin prestaciones de ley, además de la oferta de productos de dudosa calidad”, señala con preocupación el dirigente.
A medida que se acerca la celebración de Día de Muertos, la demanda de productos típicos aumenta considerablemente. Las flores de cempasúchil, los disfraces, los dulces y los artículos decorativos se convierten en los más buscados, con un incremento en ventas proyectado de hasta el ciento por ciento. Sin embargo, López Becerra advierte que no todo será color de rosa, ya que la informalidad acaparará buena parte de las ventas.
“Por cada peso que gastan los mexicanos, 50 centavos se irán a canales de ventas informales, como tianguis y puestos ambulantes”, lamenta. La problemática no se detiene ahí. López Becerra también denuncia la masiva entrada de productos chinos, especialmente en estas fechas. El 80 por ciento de los artículos en la informalidad provienen de contrabando, ya sea técnico o bronco, lo que significa que ingresan al país sin pagar los impuestos correspondientes.
Desde dulces hasta disfraces, muchos de estos productos, advierte, no son sometidos a revisiones sanitarias ni aduaneras, lo que pone en riesgo la salud de quienes los adquieren.
A medida que los mercados y tianguis se llenan de artículos de dudosa procedencia, López Becerra hace un llamado a los consumidores a priorizar el comercio formal.
Las panaderías, dulcerías, tiendas de disfraces y los locales en mercados públicos ofrecen productos de mejor calidad y ayudan a sostener la economía nacional, ya que pagan impuestos y generan empleos con prestaciones de ley. “Es importante que apoyemos a las tradicionales ‘tienditas de la esquina’ y pequeños comercios, que son los que verdaderamente impulsan la economía local”, enfatiza.
No obstante, la temporada alta de ventas también trae consigo un aumento en la inseguridad. Los ladrones están atentos al incremento en el flujo de dinero y, como advierte el presidente de CONCOMERCIO, los robos a consumidores y comerciantes tienden a repuntar en estos días.