El opositor Juan Guaidó quedó confrontado a la posibilidad de ser detenido, luego de que la Asamblea Constituyente oficialista lo despojara del fuero parlamentario y autorizara enjuiciarlo por haberse proclamado presidente interino de Venezuela.
Aunque un arresto no pareciera inminente, pues el proceso seguirá su curso en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Guaidó no descartó que pueda terminar preso, una amenaza que promete enfrentar con más presión de calle e internacional contra el mandatario socialista Nicolás Maduro.
“Sabemos que es un riesgo, estamos conscientes de eso, pero no nos vamos a salir de la ruta”, dijo la noche del martes el jefe legislativo, reconocido como gobernante encargado por más de 50 países, encabezados por Estados Unidos.
Guaidó, con amplio apoyo popular, apeló de nuevo a su tono desafiante para preguntar si realmente hay alguien dispuesto a capturarlo.
“Quiero saber quién de las Fuerzas Armadas o de los cuerpos de seguridad se va a prestar para secuestrar al presidente de la República”, señaló el diputado, que intenta quebrar el principal sostén de Maduro: los militares.
Guaidó, de 35 años, fue detenido durante una hora el pasado 13 de enero, en lo que Maduro atribuyó a una acción independiente de agentes de inteligencia que fueron sancionados.
“Había uno que se creía muy guapo, que no lo iban a meter preso, y ahí está”, lanzó el presidente de la Constituyente, Diosdado Cabello, refiriéndose a Leopoldo López, copartidario de Guaidó, que cumple en arresto domiciliario una pena de casi 14 años acusado de incitar a la violencia.