CIUDAD DE MÉXICO. Después de que Luis Miguel terminó su show en el Auditorio Nacional, el pasado 5 de octubre, muchos de los presentes empezaron a divulgar en redes sociales y de boca en boca que el intérprete de .”Culpable o no” parecía estar borracho, porque su actitud era muy diferente a la cotidianidad.
El periodista Gustavo Parra, de Durango, que asistió al evento, dijo que nunca vio que trastabillara, ni hubo asomos de conducta alcohólica, sino que realmente fue diferente desde que apareció en el escenario, porque esta vez no saludó a sus fans y solamente empezaba a cantar la letra de la canción y en forma displicente extendía la mano con el micrófono hacia el salón, para que el público cantara y terminara el tema.
La realidad es que hizo berrinche, se encaprichó y explotó de rabia porque, según él, el sonido tenía imperfecciones.
En esa creencia, al terminar el show montó en cólera, pateó bocinas y a grito pelado, corrió a dos empleados de audio que supuestamente eran los culpables de los defectos en el sonido, argumento muy frecuente en Luis Miguel, que usa para justificar cualquier cosa que no le guste en el show, como ya lo hemos visto en diferentes ocasiones.
