CDMX. La noche del Día de Muertos se tiñó de sangre en el corazón Uruapan, Michoacán, capital del aguacate. Minutos después de las 20 horas del 1 de noviembre, cuando el Centro Histórico destellaba con velas encendidas y el aroma a cempasúchil, un hombre armado se abrió paso entre la multitud y descargó su pistola calibre 9 milímetros contra el presidente municipal, Carlos Alberto Manzo Rodríguez.
Siete casquillos quedaron regados en la plaza Morelos, siete impactos que silenciaron al único alcalde independiente en la historia reciente de Uruapan. La Fiscalía de Michoacán ya analiza siete casquillos y el arma del sicario abatido. Los dos detenidos –un hombre y una mujer– declararán en las próximas horas. Fuentes extraoficiales filtran que uno de ellos portaba un radiofrecuencia cartelera.
Segundos después, las detonaciones ahogaron los aplausos. Los escoltas de la Guardia Nacional respondieron: El atacante cayó muerto en el lugar; dos presuntos cómplices fueron capturados vivos. El secretario de Obras Públicas, Víctor Hugo de la Cruz, recibió un rozón y un escolta resultó herido grave. Paramédicos intentaron reanimarlo en plena plaza mientras madres corrían con sus hijos en brazos.
Manzo llegó al Hospital Fray Juan de San Miguel con dos balas en el abdomen y una en el brazo, en total fueron siete impactos; a las 20:50 fue declarado muerto.
DESAFÍO QUE LE COSTÓ LA VIDA
Manzo, en mayo ordenó “abatir” a delincuentes armados que atentaran contra civiles. En octubre suplicó en redes: “No quiero ser un alcalde más de los ejecutados”. Pidió ametralladoras Minimi y que no retiraran a la GN. Cabe destacar que, Uruapan exporta 40 por ciento del aguacate mexicano, pero paga piso a cinco cárteles: CJNG, Viagras, Templarios, Pueblos Unidos y Blancos de Troya. En el último trimestre sumó 45 homicidios dolosos. Manzo lo denunciaba sin eufemismos: “Estamos rodeados de lacras en todos los cerros”.
EPÍLOGO EN LLAMAS
Carlos Manzo deja viuda y dos hijos pequeños. Su último post en Facebook, horas antes de morir: “Muchas familias asisten a disfrutar de este maravilloso evento. ¡VIVA URUAPAN!”. La frase quedó congelada bajo miles de comentarios que hoy piden justicia.
