MÉXICO.-El anuncio del proyecto Portero por parte de la Administración para el Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, presentado como un nuevo esquema de cooperación con México para combatir el crimen organizado, ha desatado una ola de críticas entre especialistas en seguridad y un exfuncionario de la propia agencia.
Lejos de ser visto como un avance en la lucha contra el narcotráfico, el plan es señalado como un “montaje político” impulsado por el expresidente Donald Trump, que repite estrategias fallidas, carece de coordinación con México y amenaza la soberanía nacional.
Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA, no escatimó en críticas al calificar el proyecto como “puro show, puro circo”. Aseguró que las medidas de Trump para combatir el narcotráfico carecen de impacto real: “Irse contra las personas de bajo rango en los cárteles no sirve; las reemplazan en una hora.
Es una pérdida de dinero y puro teatro”. Vigil también cuestionó la capacidad de los actuales mandos de la agencia, a los que tildó de “ineptos”, y criticó la falta de respeto al anunciar la participación de México sin previa coordinación. “Eso daña las relaciones necesarias para combatir el narcotráfico”, afirmó.
El académico de la UNAM, Javier Oliva, coincidió en que la DEA tiende a caer en protagonismos mediáticos, como en los casos de la fallida operación “Rápido y Furioso”, la detención arbitraria del general Salvador Cienfuegos o las sustracciones ilegales de capos en territorio mexicano.
“La DEA tiene un prestigio muy cuestionado, incluso en su propio país”, señaló. Oliva destacó que, tras los cuestionamientos de la presidenta Claudia Sheinbaum, la agencia se vio obligada a eliminar la publicación que anunciaba el proyecto, evidenciando su afán por el “protagonismo” en lugar de resultados concretos.
Por su parte, Abraham Serrano, especialista en seguridad, explicó que Portero no es un plan completamente nuevo, sino una evolución de iniciativas previas como el programa Prometeo, centrado en vigilancia transfronteriza con apoyo del centro de inteligencia EPIC en Texas.
Sin embargo, advirtió que su efectividad depende de cómo se articule. “De nada sirve una valla gigantesca o soldados en la frontera si el crimen organizado opera kilómetros más adentro. Sin un tratado internacional, estos acuerdos son frágiles y pueden romperse en cualquier momento”, apuntó.
