La noche de ayer, la corrupción municipal literalmente se prendió fuego en Campeche. Las oficinas del ex Transporte Urbano Municipal (TUM) en la colonia Fidel Velázquez, se convirtió en basurero clandestino, ardió en llamas dejando al descubierto lo que por meses se negó: evidencias incómodas de la gestión de la alcaldesa Biby Rabelo se consumieron entre fierros, papeles y montones de desechos que jamás debieron estar ahí.
El incendio comenzó en el área de estacionamiento de las antiguas oficinas, sobre la carretera antigua a Hampolol. La acumulación de basura y material inflamable sirvió como combustible perfecto. Las familias que viven a escasos metros del predio corrieron alarmadas al ver cómo el humo negro se levantaba sobre sus casas.
Los bomberos de Seproci respondieron rápido, logrando sofocar las llamas y evitando que alcanzaran viviendas cercanas. Afortunadamente no hubo lesionados, pero sí pérdidas materiales que incluyen vehículos oficiales, volquetes, maquinaria y documentos, cenizas que hoy se convierten en símbolo de una administración marcada por el desorden y la opacidad.
EL TUM: BODEGA DE CORRUPCIÓN
Lo que alguna vez fue transporte público para los campechanos, terminó como tiradero clandestino. Vecinos y trabajadores cuentan que ahí iban a parar las brigadas del prófugo Eliseo “N” para deshacerse de la basura sin pagar en el relleno sanitario. Aunque las imágenes de la suciedad circulaban en redes, la alcaldesa y sus funcionarios lo negaban una y otra vez.
Ahora ya no queda espacio para negar nada, lo que se incendió fue precisamente esa evidencia incómoda. No faltan voces que aseguran que hasta se pudo facturar basura como si realmente llegara al relleno sanitario.
VECINOS ADVERTIDOS, SIN SER ESCUCHADOS
Los colonos de la Fidel Velázquez habían advertido del peligro. Con montones de plásticos, papeles y cacharros apilados, el predio era una chispa esperando el viento.
“Ya sabíamos que tarde o temprano iba a pasar, se veía el cochinero desde afuera”, señalaron algunos.

