CAMPECHE, CAMP. “Nos hicieron votar por Movimiento Ciudadano, nos prometieron tres años de trabajo… y a los ocho meses nos echaron como si fuéramos basura”.
Así lo denuncia María del Carmen Cahuich, una de las más de 60 personas despedidas por GOVERDI, la empresa que el Ayuntamiento de Campeche que contrató para brindar servicios públicos. Hoy, el único “pago” que les ofrecen es un finiquito de 8 mil pesos y un portazo sin explicaciones.
Durante las campañas políticas, aseguran las trabajadoras, recibieron llamadas de números distintos para confirmar si ya habían votado. “No fue un simple recordatorio, fue presión directa.
Me hablaron de otro número para preguntarme si ya había votado.
Decían que si queríamos seguir en el trabajo, teníamos que apoyar al partido”, relató María con la voz temblorosa.
“Nos pedían incluso que lleváramos a otras personas. Todo para que siguiera el gobierno y nosotros tuviéramos trabajo por tres años… pero apenas van ocho meses y nos dejaron en la calle”.
SOL, LLUVIA Y SUERO EN LA GARGANTA
La mujer recordó con rabia y cansancio las condiciones de trabajo: jornadas bajo el sol, sin agua ni comida, y ni una palabra de agradecimiento. “Desde octubre nos partimos el lomo, sol a sol, lluvia, frío, golpes de calor. Te sentaban diez minutos, te daban suero y otra vez ‘¡órale!’ a seguir trabajando como bestias”, dijo Angélica Aguilar.
Contó que incluso cuando ya habían terminado su tramo de trabajo, los supervisores las obligaban a avanzar más. “Ese día nos pedían más, que hiciéramos otro tramo en el ‘Lerma’ —una zona durísima—, y el calor era insoportable. Las muchachas se estaban desmayando”.
Las trabajadoras aseguran que ni una sola hora extra fue pagada, a pesar de que muchas veces superaban las ocho horas diarias. Algunas eran enviadas a comunidades rurales, sin viáticos ni comida. Y si protestaban, la respuesta era cruel: “El que no esté a gusto, que pase a Recursos Humanos”.
ALCALDESA NO DA LA CARA
“La alcaldesa nunca vino, ni dio la cara. Pero bien que decían que ella nos apoyó, que gracias a ella teníamos trabajo. ¿Entonces por qué nos dejaron así?”, cuestionó con coraje Vanessa Zavala. Aseguran que ahora nadie les responde: ni GOVERDI, ni el Ayuntamiento.
Solo saben que “no hay dinero” para seguir pagándoles, aunque eso contradiga todo lo prometido. La historia no es nueva. En 2023, al menos 150 extrabajadores del Ayuntamiento de Campeche protestaron por su despido.
Muchos aún acampan frente al Palacio Municipal. Protección Civil trató de desalojarlos, pero se volvieron a instalar. “Esa vez también dijeron que no había dinero. También se lavaron las manos”, recuerdan.
Hoy, el ciclo se repite: manipulación, abuso, despido. Y detrás de cada trabajador, hay familias, hijos, necesidades. “Nos prometieron trabajo y nos quitaron la dignidad”, dijo María del Carmen. “Y todo por un voto que ahora ya no vale nada”.

