MÉXICO- La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha salido al paso de una narrativa que, de no ser aclarada, podría haber escalado las tensiones entre México y Estados Unidos. En un comunicado firme, la Cancillería desmintió rotundamente que el gobierno de Donald Trump haya solicitado investigar, procesar o extraditar a políticos mexicanos por presuntos vínculos con el crimen organizado, como afirmó un reporte de la agencia Reuters.
Se aseguraba que el secretario de Estado, Marco Rubio, había planteado esta demanda en al menos tres ocasiones. La respuesta de México no solo desarma esta versión, sino que invita a reflexionar sobre el manejo de la información en tiempos de alta sensibilidad diplomática.
“Es absolutamente falso”, sentenció la SRE, subrayando que en ningún encuentro bilateral con Rubio o su equipo se ha tocado tal petición. La Cancillería fue más allá, destacando la transparencia con la que ha informado sobre los diálogos con Estados Unidos, centrados en temas de seguridad, pero siempre bajo los principios de soberanía, coordinación sin subordinación y respeto a los derechos humanos.
Este desmentido no es un simple ejercicio de relaciones públicas; es una defensa de la autonomía mexicana frente a una narrativa que, intencionada o no, podría alimentar percepciones de injerencismo.
