CAMPECHE. El silencio terminó. Al menos tres alumnas menores de edad, del COBACAM Plantel 19 y la Secundaria Técnica Número 8 en Lerma, alzaron la voz y con ellas, despertaron a toda una comunidad que ya no quiere fingir que no pasa nada. Lo que se suponía debía ser un lugar seguro para aprender, se ha convertido para varias adolescentes en un espacio hostil, pues acusan a dos docentes por constantes acosos y otras acciones inapropiadas.
El primer caso explotó hace una semana. Un profesor de química identificado como A.C.E. fue señalado por una estudiante menor de acosarla desde el año pasado. Según la denuncia, el acoso comenzó con mensajes con pretexto académico. Pero poco a poco, se tornaron personales y de halagos por la apariencia física de las menores. El profesor le decía vía chat que se veía bien con el uniforme, que parecía una “muñequita”, que la miraba todo el tiempo y que ‘stalkeaba’ sus fotos en redes.
A esto se sumaron mensajes incómodos, más preguntas sobre su vida personal, e incluso una invitación para verse a solas durante las vacaciones para entregarle ‘un regalo’, lo cual la joven rechazó. Cuando finalmente la joven decidió contar el molesto episodio a su familia, su padre enfrentó al profesor y denunció los hechos ante la Dirección del plantel.
Sin embargo, lejos de recibir respaldo, la respuesta fue encubrimiento, minimización y complicidad con el docente A.C.E. Las pruebas se volvieron públicas. Otras alumnas se unieron. Un mural apareció con nombres y rostros: el director Wilberth Ruiz y la psicóloga Alicia Huicab, señalados por proteger al agresor A.C.E. En su testimonio, lamenta que “la institución protege al agresor en lugar de proteger al alumnado” y llama a otras víctimas a no quedarse calladas.
CASO DE LA SECUNDARIA TÉCNICA 8
Mientras el caso del COBACAM hervía, otra olla de presión explotó, esta vez en la Escuela Secundaria Técnica No. 8, también en Lerma. Aquí, una alumna y su amiga decidieron contar: fueron víctimas de acoso por parte del jefe del área de Control Escolar identificado como Iván Velázquez.
Pero la respuesta fue peor que el acoso. La Dirección, en lugar de actuar, las mandó a callar. ¿El motivo? Proteger la “buena reputación” de la escuela.
Las jóvenes señalan que, aunque en ese momento no lo sabían, Iván ya tenía antecedentes: acosó a una alumna de la generación 2021-2024, a quien seguía hasta los baños y casi abusa de ella.
Estudiantes y padres se plantaron frente al colegio. Pero al llegar, encontraron las puertas cerradas. Los directivos y maestros ya sabían lo que venía y huyeron antes. Los padres pegaron fotos de este acosador en el muro escolar, y de otro a quien conocen como Everth quien tuvo abuso sexual a varias estudiantes.
Ambas historias se entrelazan. Las estudiantes de la secundaria supieron lo que pasaba en el COBACAM y eso las animó a hablar. Su mensaje es claro: “No estamos solas. Si hablamos, podemos detener esto”.
