Por décadas, el sureste mexicano fue relegado por las políticas neoliberales, que priorizaron el desarrollo de otras regiones mientras estados como Campeche, Chiapas, Quintana Roo o Yucatán languidecían en el abandono.
Hoy, bajo el liderazgo de la Cuarta Transformación, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el sureste se erige como un pilar fundamental de la economía nacional, impulsado por una visión de justicia social y desarrollo equitativo.
Esta transformación es palpable en iniciativas como el arranque de obras del Programa de Vivienda para el Bienestar en el fraccionamiento Siglo XXI, en San Francisco de Campeche, un proyecto que no solo dignifica la vida de las familias, sino que dinamiza la economía local.
Asimismo, el Plan de Autosuficiencia de Leche, presentado en el Parque Industrial Bicentenario, refleja el compromiso de fortalecer la producción regional y garantizar la soberanía alimentaria. Estas acciones, lideradas por la presidenta Sheinbaum, demuestran que el sureste ya no es un apéndice olvidado, sino un motor de progreso.
La Cuarta Transformación ha roto con el pasado neoliberal, colocando al sureste en el centro de la agenda nacional.
Con proyectos estratégicos como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico y ahora estos programas de vivienda y producción, la región se consolida como un ejemplo de que el desarrollo verdadero se construye desde abajo, con el pueblo y para el pueblo.
