MÉXICO. Se les adelantó: Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas pensaba expulsar del PRI a la senadora Cynthia López Castro. Esta de le adelantó y anunció su salida del partido. Su decisión, tras 20 años de militancia, expone profundas divisiones y señala a una dirigencia que, a decir de la legisladora, ha traicionado los principios fundamentales de la organización.
Ya se les fueron dos, Manlio Fabio Beltrones y ahora yo y así se va a ir desgranando, dijo.
Por lo que agregó: “Renuncio al PRI, les agradezco mucho, seguiré trabajando para mi país y para mi ciudad con los mismos principios”, sostuvo tras aclarar que si hoy volviera a votarse la reforma judicial, lo haría en contra”. Ante este comentario, se prevé se incorpore a MORENA.
Como se recordará, el jueves pasado, en la votación de la Supremacía Constitucional, López Castro fue vista conversando con Adán Augusto y Andrea Chávez, figuras clave en el círculo de Morena. Este encuentro levantó sospechas sobre sus intenciones y alimentó rumores de una inminente salida que, para muchos, se percibe como un preámbulo a una posible expulsión que el partido ya planeaba.
Con estas tensiones de fondo, la senadora se les adelantó y, en un mensaje cargado de nostalgia y frustración, cerró la puerta a un PRI que asegura “ya no existe”.
“NO ES EL PRI QUE CONOCÍ”: LEGISLADORA
“Con un altísimo respeto a la militancia priista, con un respeto al dirigente Alejandro Moreno, les digo: renuncio al PRI”, declaró López Castro en su discurso de despedida.
Recordó sus años en el partido, agradeciendo las oportunidades que tuvo para crecer sin pertenecer a una familia política privilegiada, pero lamentando que el PRI que promovía movilidad social y labor para el pueblo se haya desvanecido.
“Ese PRI que combatía las desigualdades, que hacía labor social, que estaba con la gente, ya no existe”, expresó, dejando claro que su salida se debe a las diferencias irreconciliables con la dirigencia actual, encabezada por Alejandro “Alito” Moreno. Con su renuncia, la senadora ha lanzado un golpe simbólico contra el partido que la formó, y su mensaje parece apuntar no solo a un desencanto personal, sino a la traición de ideales que el PRI solía enarbolar.
¿UN PARTIDO SIN LUGAR PARA LA DISIDENCIA?
Para López Castro, el PRI de hoy ha dejado de ser un espacio donde caben diferentes corrientes y voces disidentes. Su renuncia no es un caso aislado, sino una señal de que el partido enfrenta una crisis de identidad y liderazgo. Las críticas sobre la falta de apertura a posturas alternativas y la concentración de poder en una cúpula que, según la senadora, privilegia intereses personales sobre los valores históricos del partido, han resonado con fuerza en las últimas semanas.
En su discurso, López Castro evocó al PRI de Luis Donaldo Colosio, aquel partido que ofrecía oportunidades a los ciudadanos sin importar su origen o apellido.
Hoy, esa imagen parece haberse desdibujado, y en su lugar, según la exsenadora priista, se ha instalado una estructura rígida y alejada de las necesidades de la gente.
IMPACTO DE LA RENUNCIA
La salida de López Castro marca un punto de quiebre en el PRI y plantea una reflexión obligada para su dirigencia. ¿Es este partido todavía el mismo que buscaba un México más equitativo y justo? La renuncia de la senadora podría ser vista como un síntoma de una enfermedad más profunda en el partido, un síntoma que podría llevar a otros militantes a cuestionar su permanencia.
En este panorama incierto, la pregunta que queda es si el PRI será capaz de reencontrarse con sus raíces y renovarse o si continuará perdiendo figuras y militantes que, como López Castro, consideran que el partido ha olvidado su esencia.