El Estadio Luzhníki abrió por cuarta ocasión en esta Copa del Mundo sus puertas para recibir el duelo entre Dinamarca, quien sölo necesitaba de un empate para clasificar, y Francia, equipo que ya tenía asegurado su lugar en los Octavos de Final.
La propuesta de Åge Hareide no cambió mucho; hizo cambios pero mantuvo la base del equipo que utilizó durante los dos partidos previos.
Por otro lado, Deschamps tuvo una actitud más conservadora, dejando en la banca a elementos con amonestaciones, descansando a otros y dando oportunidad a piezas que no había visto actividad en este Mundial, beneficiándose de su clasificación anticipada.
En el trámite, los daneses fueron mejores, como mínimo en la primera mitad, con más presencia en el área gala; no obstante, ninguna de ellas fructificó, debido a la poca capacidad de resolución de sus atacantes.
Los franceses, por su parte, optaban por desdobles a velocidad y tiros de media distancia, igualmente sin resultados. Para la segunda parte, y con el 0-2 de Perú a Australia, Dinamarca quitó el pie del acelerador, metiéndose en la misma propuesta francesa: No arriesgar mucho, jugar a corde al partido y darle oportunidad a elementos que no habían debutado en Rusia 2018.
Un empate o una derrota ya le daba lo mismo al cuadro Åge Hareide, puesto que no se iban a mover del segundo lugar; su rival más seguro en Octavos será Croacia; por su parte, los daneses se medirían a Nigeria o a Argentina, aunque igual está la posibilidad de que Islandia se clasifique; sin embargo, ésta es muy remota.
Con información de: Milenio