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23 abril, 2024

Vivir Bien

Revelaciones: el final de los hermanos Serdán

La noche del 18 de noviembre de 1910, el Centro Histórico de Puebla fue escenario de uno de los episodios más sangrientos registrados al inicio de la Revolución Mexicana. En la casa marcada con el número 4 de la calle Santa Clara, Máximo y Aquiles Serdán fueron asesinados por policías y federales que asaltaron su hogar en busca de armamento clandestino.

Las huellas de esa muerte violenta quedaron plasmadas en sus osamentas que un siglo después fueron sometidas a un minucioso análisis y conservación por restauradores del INAH.

Según los datos históricos, Máximo, el menor de los hermanos Serdán, murió en ese enfrentamiento con los soldados, que duró poco más de cuatro horas. Aquiles logró esconderse por 14 horas en una abertura en el piso de su recámara hasta que una tos lo delató; fue asesinado en el comedor de la casa.

PROYECTO DE CONSERVACIÓN 
Especialistas de la Escuela Nacional de Antropología e Historia trabajaron junto a las restauradoras Luisa Mainou y Luisa Straulino en el tratamiento de las osamentas de los hermanos Carmen, Aquiles y Máximo, como parte de un proyecto de conservación que solicitaron los descendientes de la familia Serdán y el Ayuntamiento de Puebla, debido a las condiciones de deterioro a las que estaban expuestas. El objetivo final era que regresaran a su casa, ahora convertida en el Museo de la Revolución Mexicana. Desde el 5 de mayo están allí.

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