El lego es un juego que es y ha sido jugado por varias décadas por millones de niños y niñas alrededor del mundo. Sus diferentes modelos han evolucionado, han protagonizado películas y se han modernizado, pero el reto siempre será el mismo: construir el mundo miniatura más especial y único, sede de sus historias llenas de imaginación.
Este entretenimiento va acompañado de un impacto positivo para la mente de los pequeños, y los más aficionados.
Beneficios:
»» Conciencia espacial. Le permite a los niños tener una mayor comprensión del espacio ya que, al colocar las piezas, los niños deben hacer una buena distribución del espacio y de las formas de los bloques, para lograr la figura que quieren construir.
»» Conocimientos matemáticos. Para armar una figura, se ponen en práctica operaciones sencillas, ya que en ocasiones debe fraccionar una pieza armada para construir otra. También puede necesitar contar la cantidad de piezas para que su creación tenga un tamaño equitativo. Poco a poco se desarrolla la noción de simetría y de las distribuciones.
»» Habilidades de razonamiento. Puede mejorar su capacidad para resolver problemas, ya que si a mitad del camino nota que lo que construye no está quedando como lo esperaba, se verá en la necesidad de encontrar la forma de solucionar la situación.
»» Aumento de la concentración. Hay muchos amantes de estos bloques que se concentran profundamente cuando quieren armar alguna estructura. Si el pequeño es un poco distraído, este juego es una buena opción para ejercitar su concentración y desarrollar otras habilidades a la vez.
»» Seguridad ante los retos. Al proponerse construir una figura compleja, se está poniendo un reto a sí mismo, y ésto le puede ayudar en su seguridad y autoestima.
»» Creatividad. Hay muchísimas figuras que se pueden construir. Los menores sueltan su creatividad y logran construir aquello que se propongan.
