Las circunstancias adversas que nos aquejan como país, familia o individuos, se vuelven cargas tan pesadas que resultan difíciles de llevar. La aflicción puede desgastarnos a tal grado, que podemos ser presa fácil de la depresión, el cansancio, la ansiedad o el insomnio. Aunque es común en nuestros días, la realidad es que las personas no fuimos creadas para sobrellevar tales cargas, por ello, Dios nos da una instrucción para que esas angustias y ansiedades no se conviertan en una enfermedad del cuerpo o del alma. Salmos 55:22 dice “Echa sobre el Señor tu carga y Él te sustentará; nunca permitirá que el justo sea sacudido.” Ese es el remedio establecido por Dios para todo tipo de angustias, aflicciones y ansiedades que nos roban la paz.
Un remedio equivocado
Para quitarnos esa pesada carga que nos llena de dolor, queja, aflicción o incertidumbre, tratamos de calmarnos con remedios externos: tés, pastillas, masajes… sin embargo, nada que hagamos podrá sanar nuestro interior porque el problema nace de adentro. La cura efectiva no puede provenir del exterior. Nuestro sabio Dios dejó el remedio: echar nuestra carga sobre Él. Pero ¿qué significa exactamente? Otras traducciones bíblicas lo expresan como “Encomienda al Señor tus afanes y Él te sostendrá” o “Confíale al Señor tus preocupaciones porque el cuidará de ti”. Eso significa que le compartas todo lo que te roba la paz. No se trata de orar para quejarte o informarle a Dios tus problemas, Él los conoce muy bien, de hecho, los ha permitido por un propósito especial.
En el mundo tendremos aflicciones
En Juan 16:33 Se nos afirma que tendremos aflicciones, pero que confiáramos en que Dios las controla. Cada problema que lastima nuestra alma, tiene un propósito especial: hacer que busquemos y clamemos a Dios, finalmente Él responderá para hacer lo que mejor nos convenga. El enfoque de Dios para nosotros no es solo una satisfacción terrenal, sino asegurar nuestra vida eterna a su lado. Esas adversidades están bajo el cuidado del Señor; la mayor parte de las personas ante una adversidad tan grande como el terremoto acontecido, se llena de tal temor que se inspira para clamar buscando su ayuda
La respuesta correcta
Cuando Dios permite una situación difícil en tu vida es para acercarte a Él, no te aferres al problema. 1 Pedro 5:7 dice “Así que pongan sus preocupaciones en las manos de Dios, pues Él tiene cuidado de ustedes.” Esto requiere confiar en el Señor y para hacerlo necesitas conocerlo más, pues no se puede amar a quien no se conoce. Leer su Palabra es el medio de Dios para lograrlo. En medio de la prueba clama, suplica, lee, búscalo, porque Él te responderá.
