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22 mayo, 2024

Vivir Bien

San Máximo, confesor. Santo de la semana

San Máximo, el Confesor, nació en Constantinopla alrededor del año 580. Después de haber recibido una esmerada educación civil y religiosa, ocupó un alto cargo es tatal , que abandonó en el año 630 para hacerse monje. Al principio, combatió el monofisismo; más tarde, dedicó todas sus energías a luchar contra la herejía monotelita. Participó en numerosos Sínodos africanos y tomó parte activa en el Concilio de Letrán del año 649, donde fue condenado el monotelismo junto a los patriarcas que lo habían favorecido. A su regreso a Constantinopla, fue arrestado por orden del emperador Costante II, torturado y desterrado. Murió en el exilio, el 13 de agosto del año 662.

Su gran legado
San Máximo es el autor de numerosos escritos teológicos, exegéticos y éticos. Se le atribuye además un texto llamado Vida de María, recientemente descubierta en traducción georgiana del siglo XI. Su fecha (habría sido escr ita antes del año 626) hace de ella la más antigua vida de la Virgen, llegada hasta nosotros. Junto a los puntos fundamentales del dogma mariano (maternidad virginal, absoluta santidad de la Virgen, asunción al Cielo), el autor destaca la profundísima unión de María Santísima con su Hijo y Dios, en todos los momentos de su vida: también después de la Ascensión del Señor al Cielo.

Esta vida de la Santísima Virgen, es una muestra de la solicitud de Nuestra Señora con los Apóstoles y los Discípulos, en aquellos primeros años de la Iglesia constituye un testimonio impresionante de la profunda devoción que los cristianos han tenido siempre a la Madre de Dios y Madre nuestra. Sin duda, grande fue el legado que dejó Máximo a la iglesia.

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