Los libros son un tesoro de gran valor cultural en muchos hogares, pero generalmente se encuentran expuestos a ciertos factores como la humedad, el polvo y los insectos, que pueden atacarlos, e inclusive destruirlos completamente.
Tips:
»» 1. Polvo. La mejor manera de retirar este polvo sin dañar el libro es con un cepillo redondo (el de la aspiradora es perfecto), pasarlo suavemente por los bordes de las hojas, y luego sacudirlos.
»» Si el polvo ha llegado a manchar algunas hojas, intenta eliminar las mismas con ayuda de una goma de borrar lápiz bien limpia.
»» 2. Si se ha doblado la esquina de alguna página, humedécela ligeramente, y deja el libro prensado con algo pesado sobre él durante algunos días.
»» 3. Si las tapas del libro son de cuero, límpialas con un paño limpio empapado en espuma de jabón de lavar. Cuando esté seco, frótalo con un paño (tipo gamuza) seco.
»» 4. Insectos. Uno de los males que suelen aquejarlos, en particular a los más añosos, son los pequeños insectos. Puedes colocar una hoja seca de laurel entre algunas de las páginas de cada libro, para que su aroma ahuyente a los insectos.
»» 5. La humedad. Para combatirla y prevenirla, debemos colocar algunos pequeños recipientes con talco, tiza en polvo o granos de arroz por entre los libros, en los estantes, para prevenir que la humedad se acomode entre las páginas.
»» 6. Si observas que los libros lucen manchas de humedad, espolvoréalos con talco en polvo, déjalo reposar durante una noche y cepíllalos suavemente al día siguiente para minimizar el daño.
»» 7. Moho y hongos. Frota el libro suavemente con un algodón con unas gotas de agua oxigenada, teniendo mucho cuidado de no mojar las hojas impresas.
»» 8. Manchas. Con mucho cuidado frótalas con vinagre blanco caliente, para eliminarlas. También podemos intentar borrarlas con una goma de lápiz blanca, sin ejercer presión.
