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9 mayo, 2024

Vivir Bien

Pasos para tranquilizar al peque si está herido

Cuando los niños se han hecho una herida reaccionan de diferente manera, algunos se levantan al instante, se chupan la sangre de la herida y salen corriendo; a otros se les cae el mundo encima: lloran, gritan, patalean, vociferan, o ni siquiera son capaces de enseñarte la herida.

Pasos 
“Guardar la calma. Es imposible calmar a los niños cuando se hacen una herida si eres tú el que gritas, has salido corriendo a su rescate antes incluso de que el niño haya llegado al suelo, y te has rasgado las vestiduras porque has visto una rozadura con tres gotas de sangre.

“Los niños responden a nuestras reacciones, así que saca tu mejor sonrisa y quítale importancia al asunto, ya te desmayarás más tarde cuando no te vea.

“"Sana sana, colita de rana, si no sanas hoy sanará mañana".

Ésta es una frase mágica aquí y en la China. Cualquier padre del mundo sabe que es pronunciar este conjuro, y el dolor desaparece por completo.

“Mimos a mansalva y palabras cariñosas. A veces la caída es lo de menos, pero el niño tiene una excusa para reclamar toda la atención, ¡pues aprovecha! Dale mimos y besos a más no poder, dentro de poco le dará vergüenza hasta que te despidas de él en público.

“Cruzar los dedos. Aunque parezca increíble se probó que, cuando alguien se hacía daño en alguna extremidad, bastaba con cruzar esa extremidad para confundir al cerebro con lo que el dolor se reducía. Es una pena que no tengamos dos cabezas.

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“Déjale que grite a gusto.

Estudios revelan que cuando maldecimos o decimos palabrotas aguantamos mejor el dolor. En el caso de nuestros hijos no es aconsejable dejar que insulten al primero que pase, pero sí podemos dejarles que griten a gusto; por una vez tienen excusa.

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