CAMPECHE, CAMP. La ansiedad y la depresión ya no esperan a la adolescencia en Campeche. Hoy aparecen desde el preescolar, en niños que apenas aprenden a leer, a contar y a convivir. El dato sacude porque rompe con una idea arraigada: la infancia como territorio inmune al dolor emocional. En el estado ya se atienden a menores de seis, siete y ocho años con síntomas que antes solo se veían en adultos y el problema radica dentro del entorno familiar.
Luis Miguel López Cuevas, presidente de la Asociación de Psicólogos en Campeche, reiteró que, aunque no exista un conteo por ahora de estos casos, reconoció que esta problemática se ha vuelta cada vez más frecuente y lo más grave, muchas veces avanzan sin atención. “Estamos encontrando ansiedad, hay en niños con depresión. Incluso hay rasgos desde preescolar”, explicó.
Subrayó que la familia juega un papel decisivo, no solo en la vigilancia, sino en la comunicación y en el establecimiento de límites claros. “¿Quién es papá?, ¿quién es mamá?, ¿hasta dónde llegan los hijos? Las normas y los límites también construyen comunicación”, dijo. No se trata de episodios aislados, pues son procesos que se recrudecen cuando no se detectan a tiempo.
En consulta, psicólogos y psiquiatras ya atienden a infantes de primaria y secundaria que presentan miedo constante, retraimiento, tristeza persistente y dificultad para expresar lo que sienten. “Tú dices, ¿cómo un niño puede estar en depresión?, si a esa edad bailábamos, cantábamos, gritábamos. Hoy eso ya no siempre ocurre”, señaló López Cuevas.
Por otra parte, reconoció que, otro punto que ha desatado esto es por la dificultad que muchos, en especial varones tienen para hablar sobre sus emociones. “Crecimos con la idea de que los hombres no lloran, no se quejan, no dicen lo que sienten. Eso obstaculiza la comunicación emocional desde la infancia”, explicó.
Además, advirtió que cada barrio, familia, municipio o ejido tiene su propia cultura, y en muchas de ellas la salud emocional sigue siendo vista como algo secundario.
