CAMPECHE, CAMP. Entre tut ú s q u e p a r e c e n p e q u e ñ o s remolinos de brillantina, hipiles bordados que huelen a aguja paciente y gorritos navideños que ya anuncian posadas, Teresita se declara bendecida. “Gracias a Dios está saliendo las ventas”, resume desde su local del Mercado Principal, donde las fiestas escolares se volvieron su salvavidas económico de diciembre.
La vendedora cuenta que su local se llena de lo que más busca la gente, trajes guadalupanos para niños y niñas, camisas con la Virgencita, hipiles bordados en colores vivos, tutús para bailables y, por supuesto, los gorros navideños que ya son uniforme obligatorio en las fotos de fin de año.
Aunque reconoce que “son pocos quienes buscan para vestirse durante el 12 de diciembre por los festejos de la Virgen de Guadalupe”, la verdadera avalancha viene de mamás y papás que necesitan vestuarios para los bailables.
Ese movimiento, dice, le cayó como respiro a la cartera. Y no es casualidad, los precios son el anzuelo perfecto para los campechanos. Los trajes guadalupanos rondan entre 150 y 180 pesos; accesibles, baratos, justo lo que la gente requiere cuando la lista navideña ya parece una carta infinita.
Los hipiles más bordados y de buena calidad van de 200 a 300 pesos, y los gorritos navideños se mantienen firmes en 40 pesos, el clásico que nunca falla.
Teresita sonríe mientras acomoda otra tanda de trajes. Las ventas se mueven, el mercado se aviva y diciembre, al menos en su puesto, vuelve a sentirse como diciembre, la temporada donde la tradición, el baile escolar y el bolsillo se ponen de acuerdo.

