CAMPECHE, CAMP. En Campeche, vivir con VIH no mata… lo que mata es la falta de medicamentos. Esa es la realidad que enfrenta un grupo de derechohabientes del IMSS, quienes hoy claman por algo tan simple —y vital— como que el instituto haga su trabajo pues no gestiona a tiempo los antirretrovirales que les permiten seguir vivos.
“Cuando falta una sola pastilla, todo el tratamiento se viene abajo. Y en eso se nos va la vida”, advierte Diego Cervera Balán, presidente de la Asociación Civil Unidos por una Vida Digna. Lo dice con rabia contenida, porque conoce de cerca la desesperación de quienes deben tomar diariamente un complejo coctel de medicamentos para sobrevivir.
Un coctel que, si el IMSS no tramita a tiempo, simplemente no llega. Cervera explicó que hay tratamientos modernos, como el Biktarvy, que con una sola toma diaria mantienen bajo control el virus. Pero no todos los pacientes son candidatos. Muchos, tras más de 25 años de vivir con el virus y distintos esquemas, han llegado al límite, una terapia de rescate.
En el estado, varios pacientes están en esta situación crítica. Deben tomar diariamente Darunavir (600 mg), Etravirina (200 mg), Ritonavir (100 mg) y Maraviroc (150 mg). Cuatro pastillas que deben combinarse en dosis exactas.
Pero si falta una, las otras dejan de hacer efecto. Es como un puente al que le quitan una columna “se derrumba todo”.
“El problema es que no están gestionando las compras a tiempo”, denuncia Cervera. Cada dependencia del IMSS, explica, debe programar mes con mes los medicamentos que necesita entregar. Si ya saben que un paciente consumió sus dosis del mes, el siguiente pedido debió estar ya en camino. Pero no. No se hizo.
Para muchos, el tomar sus medicamentos a tiempo, les permite trabajar, criar a sus hijos, soñar lo cual no es un lujo es un derecho que nuevamente el IMSS no está respetando. Y la respuesta de la institución, según les han dicho, es que el problema viene desde nivel central. Pero ni así, logran gestionar a tiempo los fármacos, no actúan con anticipación.
