CAMPECHE, CAMP. En medio de la selva, donde el verde debería ser eterno, una herida de 30 hectáreas se abre por asentamientos irregulares que han invadido la reserva natural de Balamkú. El gobierno estatal, con la fuerza de la Marina, el Ejército y la Secretaría de Medio Ambiente, libra una lucha constante para erradicar estos asentamientos que amenazan no solo el paisaje, sino la biodiversidad y el equilibrio del ecosistema.
Ante esto, la titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambio Climático y Energía, Jocelyn Durán Murrieta reiteró que, no solo es cuestión de botar chozas y levantar vallas: detrás de cada desalojo hay personas atrapadas en procesos legales que tardan, conflictos que se enredan en la ley y en la realidad social.
Reconoció que, aún quedan familias en el corazón de la reserva, y el gobierno no puede actuar sin respetar el debido proceso. Por eso, las autoridades han decidido avanzar con denuncias penales mientras siguen los operativos con cuidado, para evitar que la devastación continúe.
Y es que, desde hace meses, ha detectado que grupos de personas se han asentado ilegalmente en esta zonaprotegida.
