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18 marzo, 2025

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MUTILA PEMEX BRAZO TRABAJADOR

MÉXICO.– La reciente reestructuración administrativa de Petróleos Mexicanos (Pemex) no es un simple ajuste burocrático, sino un golpe certero al corazón del brazo trabajador que sostiene a la empresa productiva del Estado. La decisión de eliminar subgerencias, superintendencias y otras posiciones intermedias, con la justificación de hacer más eficiente la operación, parece más una medida de ahorro desesperada que una estrategia verdaderamente orientada al fortalecimiento de la compañía. Es decir, laboralmente es la peor crisis de su historia.

La directriz, contenida en el documento “Definición de la Estructura Básica de Pemex”, emitido por la Dirección Corporativa de Administración y Servicios (DCAS) de Marcela Villegas Silva y la Subdirección de Capital Humano (SCH) de Christopher Valenzuela Ponce, establece la reducción del 5 por ciento del costo total de las plazas de operación de confianza. Este recorte impacta directamente a los trabajadores no sindicalizados, mientras que las plazas sindicalizadas, que representan el 70 por ciento del costo total de la plantilla, permanecen intactas.

Si bien la cifra de reducción parece modesta en papel, el impacto real a nivel generalizado podría ser catastrófico. La estructura jerárquica se ve alterada con la eliminación de posiciones clave para la gestión operativa, reduciendo los niveles a solo cuatro: Dirección, Subdirección, Gerencia y Coordinación. Se argumenta que esto eliminará funciones redundantes y centralizará tareas administrativas, pero la realidad podría ser otra: una sobrecarga de trabajo en menos manos, menor supervisión en procesos esenciales y una estructura menos eficiente en el largo plazo.

La centralización de soporte administrativo en áreas como recursos humanos y finanzas podría significar más burocracia. La trazabilidad de funciones, uno de los criterios para la nueva organización, obliga a cada puesto a justificar su existencia, pero ¿qué ocurre con las funciones esenciales que no pueden medirse solo en términos de ahorro inmediato? Pemex no es una empresa cualquiera; es la columna vertebral energética del país, y su reestructuración debería enfocarse en potenciar su productividad y competitividad, no en desmantelar su estructura operativa.

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Carmen

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