MÉXICO.- El reloj marcaba las 11:12 de la mañana cuando Rocío Nahle García, rodeada de aplausos y vítores, pronunció las palabras que la convertirían en la primera gobernadora de Veracruz.
En el recinto del Congreso local, se respiraba un aire solemne y festivo, mientras Nahle, vestida con un traje que reflejaba su determinación, asumía el cargo que por siglos estuvo reservado exclusivamente para hombres.
La llegada de la presidenta Claudia Sheinbaum al Congreso de Veracruz marcó el inicio de una ceremonia que simbolizó la transición histórica en el estado. A su entrada, Sheinbaum y Nahle fueron recibidas con gritos de “¡Gobernadora!” y “¡Presidenta!”, un eco que resonó encada rincón del recinto.
Ambas líderes se sentaron en la Mesa Directiva junto a Cuitláhuac García, el gobernador saliente, quien cedió el mando tras un sexenio bajo la bandera de Morena.
ACTO DE UNIDAD POLÍTICA
El evento congregó a un amplio espectro del ámbito político nacional. Gobernadores, funcionarios federales y representantes del Poder Judicial asistieron para ser testigos de este momento histórico.
Destacaron las presencias de gobernadores como Layda Sansores de Campeche, Sergio Salomón de Puebla, y Delfina Gómez del Estado de México, junto con figuras como Ernestina Godoy, consejera jurídica de la Presidencia, y Mario Delgado, secretario de Educación Pública.
El Congreso se convirtió en un mosaico de representación política, desde ministros de la Suprema Corte de Justicia hasta legisladores federales y locales. Incluso Dante Delgado Rannauro, exgobernador de Veracruz, se unió al acto solemne, reflejando la trascendencia del evento más allá de los colores partidistas.
