SALUD. China dispone de datos científicos suplementarios que permitirían entender mejor los orígenes del COVID-19, aseguró este jueves la Organización Mundial de la Salud (OMS), en una enésima llamada a una mayor transparencia del gigante asiático sobre esta cuestión.
“Sin un acceso completo a las informaciones que dispone China (…) todas las hipótesis (sobre el origen del coronavirus) siguen sobre la mesa. Es la posición de la OMS y, por este motivo, pedimos a China que coopere“, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de esta agencia de la ONU, durante una rueda de prensa en Ginebra, donde agregó que “si lo hace, sabremos lo que sucedió y cómo empezó”.
Por su parte, la doctora Maria Van Kerkhove, que dirige la lucha contra el COVID-19 en la OMS, indicó en la misma comparecencia:
“Sabemos que (China) dispone de informaciones suplementarias y necesitamos que los científicos, los profesionales de la sanidad pública y los gobiernos compartan estas informaciones. No se trata de un juego”.
Y es que, tres años después de la aparición del COVID-19, continúan los debates sobre los orígenes de la pandemia.
Pues aunque la mayor parte de la comunidad científica considera que el coronavirus surgió a partir de un animal que lo transmitió a un ser humano, probablemente en el mercado de Huanan en la ciudad de Wuhan, en el centro-este de China.
Científicos y dirigentes estadounidenses defienden la hipótesis de que se produjo una fuga en un laboratorio en la misma localidad del gigante asiático.
Y aunque China se opone a esta teoría, lo cierto es que durante mucho tiempo también negó que en el mercado de Wuhan hubiera animales que pudieron haber transmitido el virus. Sin embargo, según nuevos datos chinos, publicados a finales de enero y rápidamente suprimidos, hay pruebas moleculares de la venta de animales en el mercado.
“Teníamos dudas sobre ello, pero ahora disponemos de la prueba”, afirmó Van Kerkhove, quien añadió que “también sabemos que entre las muestras con un diagnóstico positivo del SARS-CoV-2, había ADN de animales”.
No obstante, la epidemióloga estadounidense aseguró que mientras no se dispongan de todos los datos científicos, no se puede descartar ninguna hipótesis sobre el origen del COVID-19.