CHAMPOTÓN. La producción apícola ha estado en auge en los últimos años, ya que los productores se han expandido y han comenzado a agrandar sus apiarios. Por ello han sustituido el modo de producción rudimentaria por aquellos que se ajustan a los actuales avances tecnológicos.
Desde hace poco más de seis décadas la actividad apícola ha representado para la economía del municipio, un aproximado a 80 mil colmenas que son trabajadas por cerca de dos mil apicultores, producen anualmente entre dos y dos mil quinientas toneladas de miel, volumen que prácticamente en su totalidad se comercializa en el extranjero, motivando la entrada de divisas al país para contribuir con la economía de cientos de familias.
Lo anterior fue expresado por Fernando Lara Pacheco, apicultor con 40 años en la actividad, y que hoy asegura que la apicultura se encuentra en riesgo, si bien no de desaparecer si de sufrir un notable desplome.
El declarante sostuvo que la razón simplemente la ofrecen los resultados de cosecha de cada año, “ejemplo, en la temporada del 2018 se lograron más o menos dos mil quinientas toneladas, este año bajó a dos mil toneladas, por supuesto que la cifra es positiva, dejó utilidades, pero cualquier economista y hasta aquel que no lo sea, puede darse cuenta que ‘perder’ una quinta parte de la producción no es lo más adecuado”.